Mientras el Tribunal Supremo ultima los plazos para dictar la ilegalización de ANV y EHAK por la vía de la jurisdicción civil, el juez Baltasar Garzón avanza por la vía penal en la Audiencia Nacional expandiendo a diestro y siniestro acusaciones de colaboración con organización terrorista. Nadie ha determinado aún en ninguna sentencia que EHAK sea o haya colaborado con «organización terrorista» alguna, pero para Baltasar Garzón estar en nómina de EHAK -como miles de personas lo están de otros partidos- resulta ya suficiente como para firmar una acusación cada día más generalizada e indiscriminada. En este contexto, no es anecdótico que un juez pida a un fiscal información sobre si sigue interesado en que se tome declaración a Jon Idigoras en relación al acto del 14 de noviembre de 2004 en el velódromo de Anoeta. Este juez, que desconoce la realidad de Euskal Herria hasta el punto de ignorar que el destacado dirigente abertzale falleció hace ya más de tres años, podría mañana, si se tercia, dictar un auto con graves acusaciones contra ciudadanos vascos en el que, si lo necesita, no dudaría en dar toda una lección sobre la historia de la izquierda abertzale, incluida la teoría del desdoblamiento, haciendo un corta y pega de otros autos y sentencias ya dictados por la Audiencia Nacional. Idigoras haría un chiste con esto.