No ha hecho falta llegar a las etapas asturianas para empezar a tachar nombres. La Vuelta entrará en su fase decisiva con un aspirante menos al podio, después de que Alejandro Valverde perdiese ayer más de tres minutos en meta.

Allí el protagonismo fue para Paolo Bettini, que vuelve a aventajar a Óscar Freire en su carrera pre Mundial. Y no es una simple cuestión de cantidad. El Grillo -y toda su selección, porque los azzurri coparon los cuatro primeros puestos- ganó exhibiéndose, en una llegada perfecta para sus características con dos kilómetros de repecho pronunciado y que endureció aún más el ataque de Alberto Contador. Muy bien respondido, por cierto, por un Egoi Martínez que mantiene el liderato.

Una victoria que, probablemente, sirvió a Bettini tanto para seguir creciendo en moral de cara a la cita de Varese como para responder a Patrick Lefevere. El manager de Quick Step aseguró la víspera, nada más confirmar el fichaje de Steffan Schumacher, no tener presupuesto para mantener al italiano en su equipo.

Y Bettini se siente «ofendido y frustrado. Es una falta de respeto. Me había confesado no tener presupuesto -explicó- y acordamos que podía hablar con otros equipos, pero habíamos dejado una puerta abierta. No merecía este trato y llegados a este punto, cogeré otro camino». Un camino que podría llevarle a una de las dos formaciones que aparecerán la próxima temporada, Cérvelo o Katyusha.

El descenso

Otra guerra bien diferente, la del podio de Madrid, también vivió ayer una batalla importante. Más de lo que habría cabido pensar, por muchas advertencias que hubiera propiciado la combinación prevista de lluvia y descensos.

A Alejandro Valverde no le sirvieron de mucho. Volvió a tocarle la de cal y esta vez fue la definitiva. Tras superar los altos de Bocos y La Lunada con un pelotón que marchaba compacto por detrás de Casar, Hinault y Quinziato, perdió posiciones en los últimos metros del Alto del Caracol, a 45 kilómetros de meta, justo cuando eran cazados los aventureros de cabeza. Comenzó retrasado el peligroso descenso, que tampoco fue bueno por su parte, y sus rivales no perdonaron.

Astana, Euskaltel y equipos con intereses en la etapa como Quick Step convirtieron los segundos en minutos, eliminando al líder de un Caisse d'Epargne que, además, no supo organizarse para arroparle. Lamentaba la actuación del murciano su compañero Óscar Pereiro, para el que «no se puede permitir perder la Vuelta en un día por una tontería».

Igor Antón, como muchos otros, piensa ya en el Angliru y disfruta hoy de la jornada de descanso un poquito más cerca del podio.