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Osama Esid retrata con ironía los estereotipos sobre el «Orientalismo»

El certamen Getxophoto presentó ayer la exposición «Juego de representaciones. El experimento egicipcio», en la que el fotógrafo sirio Osama Esid indaga en las visiones y estereotipos sociales que se han creado históricamente entre Occidente y Oriente. En la muestra abierta en una lonja de la calle Amezti de Algorta, Esid resconstruye un escenario que representa a El Cairo de hace un siglo, donde muestra sus fotografías pintadas de personajes variopintos.

Karolina ALMAGIA | GETXO

Nacido en Damasco (Siria) en 1970, Osama Esid vive en Mineápolis (Estados Unidos), donde trabaja como escenógrafo y fotógrafo. Estas dos profesiones-pasiones suyas se mezclan en la exposición abierta en Algorta (Amezti, 6), dentro del festival internacional Getxophoto, que se inauguró ayer en la localidad vizcaina.

La muestra, titulada «Juegos de representaciones; el experimento egipcio» y comisariada por Sandra Maunac y Mónica Santos, se centra en la investigación sobre el Orientalismo, con sus connotaciones exóticas y sensuales. Es un proyecto basado en «la idea de cómo vemos al otro», explicó ayer Alejandro Castellote, comisario general de Getxophoto. «Es una idea muy presente en las exposiciones de este certamen: esa manera tan europecentrista de mirar al resto de culturas. En el caso de Osama Esid, está tratado con humor e ironía y con voluntad de conciliar más que de remarcar las diferencias, porque está poniéndonos un espejo».

El propio Osama Esid explicó ayer en Algorta que este trabajo lo realizó a lo largo de cuatro años, tras regresar a El Cairo desde Estados Unidos. «Una vez allí, empecé a interrogarme sobre mi propia identidad», indicó. La poderosa fuerza de la capital egipcia le ayudó a sentirla como «un símbolo de todo el mundo árabe» y le llevó a reflexionar sobre la forma estereotipada en que casi siempre había visto reflejado ese universo. A partir de ahí, decidió poner toda su ironía para trasladar «con fantasía» esa idea «que casi todos los occidentales siguen teniendo con respecto a Oriente». Así, en su serie «Orientalismo y nostalgia» retrata a hermosos hombres y mujeres con telas y abalorios exóticos. El contrapunto lo pone en la siguiente serie -«Trabajadores de El Cairo»- en la que fotografía a las gentes que se topa por las calles con el fondo artificial de un paisaje exótico. Si las dos anteriores están conformadas por fotografías en blanco y negro luego pintadas a mano, en la tercera serie -«Ciudad en distorsión»- juega con el efecto de la luz solar sobre la emulsión química. En ella refleja la urbe sin concesiones, con toda su dureza pero envuelta en una nebulosa sepia, «símbolo de que en la gran ciudad incluso mi propia identidad se queda difuminada». Además de exponer, el fotógrafo sirio instalará estos días su estudio ambulante en diferentes puntos del municipio getxotarra para retratar a los peatos con su cámara clásica de gran formato.

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