Gonzalo López-Gallego sorprendió hace siete años con su ópera prima «Nómadas», un retrato de la marginalidad juvenil en clave experimental. En este tercer largometraje llamado «El rey de la montaña» accede al cine de género y, por tanto, a un público más amplio. Su propuesta puede ser vista como una invocación al clásico de Chicho Ibáñez Serrador «¿Quién puede matar a un niño?», pero con una lectura convenientemente actualizada que hace referencia directa a la influencia de los videojuegos violentos sobre los menores. El desarrollo de la acción está tomado de títulos de culto dentro del survival, sobre todo de «Deliverance», de John Boorman. El realizador afirma haberse fijado asimismo en «Perros de paja», de Sam Peckinpah. Yendo al origen histórico de los argumentos sobre la caza del hombre, no se puede pasar por alto cualquier posible referencia a «El malvado Zaroff».

La pareja en fuga que sirve de diana a sus perseguidores en un entorno hostil y salvaje la componen Leonardo Sbaraglia y María Valverde, quienes desconocen la identidad de los misteriosos francotiradores, sin imaginar que son más diminutos de lo que cabría suponer. Bastante tienen con huir y salvar la vida, como para detenerse a indagar sobre tan inexplicables ataques.