Richard Oribe volvió ayer por tercera vez al podium del National Aquatics Center. Con el aplomo que da saberse de memoria el camino que lleva hasta el mismo, el nadador vasco superó con una sonrisa el verse privado de otra medalla de oro por parte de la selección anfitriona.

La prueba del relevo 4x50 metros dio el tercer metal para el guipuzcoano, su segunda plata en estos Juegos Paralímpicos de Beijing. Confirmando el pleno de metales en su tercera participación en estos Juegos, la plata de ayer supuso para Oribe la decimocuarta medalla de su vida deportiva, bagaje personal que lo lleva a ocupar un lugar de honor en la historia del deporte adaptado.

El cuarteto estatal partía con la vitola de favorito, de modo que la medalla de plata pudiera no saberle a tanto a Oribe. De cualquier modo, el donostiarra tuvo que afrontar la responsabilidad de ser el primero en lanzarse a las aguas del «Cubo», sabedor que su buen hacer le permitiría dejar viva la carrera aunque tuviera que enfrentarse a rivales de grupos con menor nivel de discapacidad. Y a fe que cumplió con su cometido, porque sólo el brasileño Clodoaldo Silva pasó el relevo antes que él.

Los compañeros de Oribe llevaron a cabo un trabajo dispar, con mención especial al valenciano Daniel Vidal, que hizo una posta espectacular, siendo el mejor del cuarteto y dejando un rédito de casi cuatro segundos. Pero el último de los relevistas chinos, Yuanrun Yang, se puso a la altura de los hispanos para rebasarlos con autoridad a última hora. De esta guisa, la selección anfitriona lograba la victoria final con un tiempo de 2.18.15 que suponía además un nuevo récord mundial en la especialidad.

Oro o plata en boccia

Lo más emocionante de la jornada tuvo la firma de Santi Pesquera y Yolanda Martín, quienes conjuntamente aseguraron una nueva medalla para la delegación vasca en la modalidad de parejas mixtas de boccia.

Después de empezar con mal pie ante Corea, una reacción liderada por el navarro Pesquera dio a la pareja vasca la opción de pelear por las medallas. Así, el pase a la final dependía del resultado de la semifinal que a primera hora de la tarde les enfrentaba al combinado portugués. La igualdad en la misma fue tal que el partido tuvo que dirimirse en un parcial de prórroga, que finalmente se inclinó del lado de los vascos con un resultado ajustado (3-4). La calidad técnica, sumada a la experiencia e inteligencia estratégica que derrochó Pesquera a lo largo del partido permitió el pase a la final.

Pesquera encarará la cuarta final paralímpica de su vida y la guipuzcoana Yolanda Martín su tercera, por lo que, ya de una manera segura, podrán añadir a su colección una nueva medalla. En la jornada de hoy, tras la revancha contra la selección de Corea, se verá si la delegación vasca conquista la medalla de oro o de plata.