Juan José Rego Vidal, gravemente enfermo en la prisión leonesa de Mansilla, se vio obligado el miércoles a emprender una forma de lucha que va en contra de su propia vida al negársele, por enésima vez, su traslado a Euskal Herria para poder ser tratado por un médico de confianza. Así se lo hizo saber el mismo miércoles a su compañera, Mari Luz Sebastián, en una corta comunicación telefónica donde con un tono lleno de rabia y de tensión, el prisionero vasco asegura que «no le queda otro remedio» que iniciar una huelga de hambre y de sed, dejando a un lado también su tratamiento médico, alrededor de una decena de pastillas diarias.

A última hora de ayer Askatasuna informó de que Rego Vidal había dado por finalizada su protesta y en la escueta información ofrecida, apuntaba que no tenía constancia de los motivos que han llevado al preso vasco a dejar su protesta. En cualquier caso, la difusión de las palabras del preso donostiarra y la alerta lanzada por el movimiento pro amnistía han vuelto a destapar la grave situación que viven los presos políticos vascos gravemente enfermos.

Comparecencia de urgencia

Horas antes de conocer el cese de la protesta, su compañera, arropada por el movimiento pro amnistía, compareció ante la prensa con objeto de encender todas las alarmas en torno a la situación que padece el preso donostiarra. Junto a ella, el médico Javier Hernando, describió minuciosamente el cuadro clínico que sufre Rego Vidal, donde enumeró una diabetes mal controlada, hipertensión «bastante importante» y por lo menos, dos episodios de trombosis.

Recordó que Rego Vidal roza ya los 70 años de edad, de los cuales quince los ha pasado en prisión, y alertó de que es un enfermo con un importante riesgo cardiovascular lo que, según explicó, se traduce en peligro de sufrir infartos de corazón u otra trombosis.

El facultativo apuntó que su historial médico no termina ahí e indicó sus problemas oftalmológicos, detallando que a causa de una degeneración congénita, «casi no ve» y necesita lupas especiales en su vida cotidiana. Hernando también indicó que su capacidad auditiva es «muy limitada» y que padece problemas prostáticos entre muchas más afecciones.

El médico apuntó a que su situación ha ido agravándose con el paso de los años en prisión, y en este sentido, aseguró que si su situación era ya grave, con la huelga de hambre y de sed, y sin su tratamiento médico, su estado «se vuelve gravísimo». Auguró que con la lucha emprendida por Rego «en cualquier momento puede ocurrir cualquier cosa»; «entre ellas su muerte», apostilló.

La letrada Ainhoa Baglietto no dudó a la hora de afirmar que son «razones políticas y no jurídicas» las que han impedido el traslado de Rego Vidal a Euskal Herria y apuntó que incluso el Juzgado de Vigilancia Central de la Audiencia Nacional admitió esta petición el pasado julio. Pese a que desde Instituciones Penitenciarias se ha puesto como pretexto la falta de tiempo para el traslado, la letrada aseguró que estas razones no se atienen a la realidad, y afirmó que «nos encontramos ante un nuevo muro político que veta a esta persona ver cumplido su derecho a la salud».

A juicio de la abogada, lo acaecido con Rego Vidal ratifica, aún más, que los presos políticos gravemente enfermos no tienen «ni derecho a la defensa, ni a salir en libertad», donde enmarcó todas la negativas a la aplicación del artículo 92 y a la suspensión de las penas que desde el Gobierno español se han decretado contra el Colectivo de Presos Políticos Vascos.

En este sentido, Baglietto manifestó que se «vieron obligados, como única salvación» a pedir el traslado a Euskal Herria de Rego Vidal para que sus médicos particulares le pudieran atender. «De esto hace ya dos años, y aunque se lo han prometido, una y otra vez, estos traslados nunca han llegado» recordó, sin esconder su indignación.

Observando que la demora del traslado no hacía más que empeorar la situación del preso, su defensa optó, el pasado marzo, por plantear ante el juez de Vigilancia Central del tribunal especial su traslado a la prisión de Martutene. Tras siete meses sin respuesta, Baglietto aseguró que en julio se admitió la petición y se pidió a la defensa que estableciera una cita con los terapeutas. En un primer momento, se fijó el 4 de setiembre y viendo que no lo trasladaron se volvió a exigir su traslado para ayer, «pero nunca ha llegado» denunció.

El portavoz de Etxerat Mattin Troitiño recordó que al igual que Rego Vidal, 13 presos políticos vascos más se encuentran aquejados de graves enfermedades. Sostuvo además, que este tipo de situaciones no son aisladas y las achacó a una política penitenciaria «cruel, criminal y muy bien planificada».

Troitiño no titubeó a la hora de afirmar que esta política pretende «matar y destruir» a los presos políticos vascos. Y acusó al Gobierno del PSOE de «condenar a muerte» al Colectivo de Presos Políticos Vascos mediante «la enfermedad, las cadenas perpetuas y el aislamiento».

Antes de exigir compromisos serios a instituciones y a partidos políticos, criticó su «dejadez» ante la situación que padecen cientos de ciudadanos vascos presos en cárceles españolas y francesas, asegurando que «este desamparo agrava los ataques» contra este colectivo. Troitiño también hizo un llamiento a la sociedad vasca para pedir su denuncia y movilización ante este «atropello de derechos».