El partido de mañana, a partir de las 20.00 horas en Anoeta, está claramente marcado por el regreso de Javier Clemente al estadio donostiarra. El técnico de Barakaldo, que dirigió al conjunto blanquiazul durante un año, no deja indiferente a nadie y son conocidas sus diferencias con Lillo a la hora de entender el fútbol. Por tanto, el choque pondrá frente a frente dos concepciones de ver este deporte.

En la jornada de ayer, el protagonismo en sala de prensa fue para el míster de Tolosa. Como era de esperar, fue cuestionado en torno a la figura de Clemente, pero un elegante Lillo eludió pronunciarse sobre el histórico técnico vasco. En una respuesta con tanto estilo como contundencia, señaló que «no voy a hacer comentarios de ninguna índole. En otras ocasiones no se me pregunta por otros entrenadores y no tengo nada que decir». Sin embargo, sí que salió en defensa de su colega después de las dudas despertadas en el entorno del Murcia, después de que el equipo presidido por Samper haya perdido en sus dos primeros envites ligueros ante Rayo Vallecano y Levante.

Lillo aseguró que «no han hecho más que arrancar y las lecturas ahora son coyunturales. El Real Murcia junto al Zaragoza, es uno de los máximos aspirantes a estar ahí arriba. Tiene buenos jugadores, con velocidad por fuera y que abren mucho el campo. Un muy buen equipo».

En la Real las aguas bajan más tranquilas, señal de ello es la comunión que palpa el técnico entre la escuadra y su hinchada. Como botón de muestra, el tolosarra citó el encuentro de Copa contra el Zaragoza, en el que fue expulsado y vio el partido más cerca de los aficionados, en el que sintió «algo muy grato, noté que tenían incidencia en lo que pasaba en el campo. Ojalá siga ayudándonos así, pero sabemos que tenemos que empezar nosotros».

La incógnita de Claudio Bravo

El guardameta chileno retornará hoy a Donostia tras haber jugado dos encuentros con su selección, el último el pasado miércoles frente a Colombia. Habrá que ver en qué condiciones físicas llega, ya que podría estar bastante cansado tras sus dos compromisos y los largos viajes a los que ha tenido que hacer frente el portero de La Roja. En el caso de que Lillo no vea a Bravo como para jugar contra el Murcia, el dueño de la portería guipuzcoana volverá a ser Eñaut Zubikarai.

El ondarrutarra ha cumplido sobradamente y, pese a que durante la semana mostraba su humildad al señalar que espera volver al banquillo con el regreso de Bravo, ahora podría encontrarse con una nueva oportunidad para jugar. El entrenador eludió pronunciarse sobre cual de los dos metas ocupará mañana el arco.

Otra de las incógnitas de la lista será ver si las dos últimas incorporaciones del conjunto blanquiazul, Necati Ates y Dramé, están en ella. Lillo dejó la puerta abierta y destacó que el mayor hándicap de ambos futbolistas «más allá de ponerse a tono físicamente, más que físicas, tienen limitaciones en relación con nuestro estilo de juego. Pero están en el camino de conocerlo». En cambio, lo que sí que es seguro es que Mikel Aranburu y Markel Bergara no estarán por lesión.

Por último, el técnico se mostró convencido de que la Real debe de hacer un esfuerzo por renovar a Díaz de Cerio -que está en la órbita del Athletic para 2009- y Xabi Castillo.