CUBADEBATE Ángel Guerra Cabrera 2008/9/10
Huracanes, capitalismo y revolución
(...) La tragedia reciente en parte del Caribe, es, por eso, un aviso de otras mayores a escala regional y mundial a consecuencia del irracional y suicida patrón capitalista de producción y consumismo desenfrenado.
A una semana del azote a Cuba del poderoso huracán Gustav, Ike barrió todo el oriente, salió al mar por el sur y embistió de nuevo la occidental provincia de Pinar del Río, ya arrasada por el primero al igual que el municipio Isla de la Juventud. Con las lluvias, vientos y marejadas de Hanna, tres de estos organismos batieron la mayor de las Antillas de este a oeste en nueve días, un hecho sin precedente. (...) Gracias a su singular cultura solidaria, organización y sólidos vínculos pueblo-gobierno, Cuba ha podido atenuar relativamente una destrucción material inédita y, lo más importante, reducir al mínimo la pérdida de vidas, que en otros parajes del Caribe suma cientos cuando faltan casi tres meses para el fin de la temporada ciclónica y queda octubre por delante, el mes más crítico. Pero los daños son de proporciones bíblicas y resarcirlos exigirá un esfuerzo sobrehumano, aumentado exponencialmente por los elevados precios internacionales de alimentos, combustibles, máquinas y materiales de construcción que el bloqueo vuelve más onerosos.
(...) Si en las elites de Europa y Estados Unidos quedara residuo de amor al prójimo, iniciarían hoy por el Caribe la reparación sin condicionamientos políticos del saqueo al Tercer Mundo, a que deben su opulencia. A Cuba le bastaría el levantamiento del bloqueo, más dañino que 100 huracanes, pero Washington afirma que no sería «inteligente» ni siquiera de modo parcial y transitorio.
Conmueven gestos como el del diminuto y sufrido Timor Leste, que no demoró un instante en tender la mano a Cuba, al igual que lo hicieron Venezuela, Rusia y China.
Luchar muy duro por el imperio universal de la equidad, la solidaridad y la reconciliación con la naturaleza es lo único que queda a los pueblos. Esos que hoy se juntan y organizan para entregar algo de lo poco que tienen a Cuba, Haití, a sus hermanos del Caribe.