Solicitar al Banco Europeo de Inversiones (BEI) que refuerce el apoyo financiero a las pequeñas y medianas empresas fue la única decisión concreta adoptada por los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) en la reunión informal celebrada en Niza.

En un contexto de falta de liquidez y endurecimiento de las condiciones de financiación, los Veintisiete quieren garantizar que las pymes cuenten con recursos para mantenerse. Así, el BEI deberá aumentar hasta 15.000 millones de euros sus líneas de financiación de aquí a 2009, el 50% más de lo previsto, y hasta 30.000 millones desde ahora a 2011.

La ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, hizo hincapié en que los gobiernos deben seguir respetando el Pacto de Estabilidad, que fija que el déficit público en ningún caso debe superar el 3% del PIB.

El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, volvió a cargar en las revisiones salariales. Incidió, así, en «el riesgo de que se desaten efectos de segunda ronda» de la inflación, con aumentos encadenados de otros precios y los salarios. Aseguró que en la década de los 70 del pasado siglo «el contagio de las subidas resultó catastrófico, con la inflación cada vez más alta y paro masivo»

Los ministros mantuvieron también una discusión sobre la ampliación del catálogo de productos y servicios que se benefician de un tipo de IVA reducido, en la que, una vez más, quedó claro que los Estados miembros están divididos en dos bloques a favor y en contra de la modificación. Aunque el acuerdo parece muy difícil, pues la cuestión requiere unanimidad, decidieron continuar trabajando en ello y encargaron a la Comisión que elabore un informe.