La Audiencia Nacional dará a conocer mañana la sentencia del juicio que se ha seguido en ese tribunal especial contra el movimiento vasco pro amnistía. Los imputados tienen muy claro -desde antes aún de que se abriera la primera sesión- que la sentencia estaba ya escrita, y que en su redacción se otorga un cheque en blanco a la cruda escalada en la estrategia represiva contra el independentismo en Euskal Herria. Auguran que el sentido del fallo seguirá la estela de ilegalizaciones ya llevadas a cabo hasta ahora y que, con esta nueva sentencia, se pretende añadir una nueva pieza al complejo puzzle de la represión: criminalizar la denuncia de la conculcación de derechos y la solidaridad con los represaliados, labores principales en la larga trayectoria del movimiento social ahora juzgado.

Frente a la constatación de esta táctica fraguada en las oscuras profundidades de los aparatos del Estado español, el movimiento anti represivo renueva, con más fuerza si cabe, el compromiso que ha mantenido firme durante décadas: «Ni un sólo represaliado caminará solo». Y a la vez reclaman la implicación de esa amplia parte de la sociedad que no acepta la negación de los derechos democráticos a Euskal Herria, para responder de forma contundente al «estado de excepción». Mañana mismo convocan movilizaciones en todos los pueblos.