Jakue Pascual Sociólogo
¿Qué...? Poch
Desapareció hace diez años y los amigos hemos organizado un Tributo Donostiarra a Ignacio Gasca que empieza aquí mismo. ¡Dios salve a Poch! El cielo será menos aburrido.
Arde Donostia. La juventud se agita con la Velvet y los Stooges. Acabábamos de sufrir las collejas del fascismo y ya no había futuro, sólo horizontes de golpe de estado, autonomía castrada y crisis. Necesitá- bamos espacio. Los vanguardistas se instalaban en el posibilismo y, con cinismo, nos acusaban de incorporar la anglofilia del rock y el antimilitarismo pequeñoburgués al combate. ¡Mentirosos! Expulsamos a los cantautores, nos calzamos las botas de deconstruir convenciones y arreamos patadas punk a los límites.
Hoy es un buen día para recordar a Poch. En la bajera de enfrente ensaya Mogollón. Pasaré por allí, «The Clash» bajo el brazo. En la escena donostiarra surge una oleada de combos como UHF o Puskarra, entre los que se halla La Banda Sin Futuro (BSF). Infierno en El Huerto. Un peio-punk me susurra la leyenda de un ser extraño, colgado con pinzas, que escribe una invocación: «Mark Chapman askatu».
Canción del verano. «En la playa estoy tirao, Mari Pili está a mi lao...». Poch compagina BSF con Ejecutivos Agresivos. La BSF extravía sus canciones en la tumba del sello Goldstein. Apocalipsis en forma de letra: En el solarium de Harrisburg, El chico + blanco de la playa de Gros surfea con la resaca. No tienes ni idea, el tiempo es sólo una distracción.
Inversión, caos y premonición. Hornadas Irritantes, desestabilizar el pop ñoño. Manifiesto: Si usted quiere dinamitar el suelo enemigo. Quizás una manzana en Nueva York. «En la guía, en el listín», Derribos Arias. Tiempos para himnos kafkianos. Branquias bajo el agua es el baile de actualidad. Siente la tentación de arrojarte en tu pecera. Dios Salve al Lendakari, que no es un rastafari, él es un txistulari a la deriva por la Euskadi Tropikal. Lávese los dientes después de morder. A-Flúor, un higiénico consejo de la Dirección General de Seguridad y Tráfico. Un monster lovecraftiano se agazapa tras ¿Quién hay? En la decadente y letal Europa, al calor del Crematorio, se Aprende alemán en siete días para versionar Lili Marlen. Bailables que nunca suenan como un Disco pocho de discoteca. Para la presentadora de la Edad de Oro, Derribos Arias es el grupo «más peligroso del mundo».
«Poch se ha vuelto a equivocar». Es un solitario tentado por EPIC. Almodóvar dice que es imprevisible, como un vendedor de rosarios en un Laberinto de pasiones. Los Kortatu le dan un garbeo en sidecar por el I Festival de Video Musical de Gasteiz y como psicogeógrafo establece «Nuevos sistemas para viajar» por países pequeños que, como Jurelandia, son fáciles de visitar.
Se le diagnostica una enfermedad que destroza el sistema nervioso. Fangoria, Negu Gorriak, Gabinete Caligari, Siniestro Total, Glutamato Ye-Ye... sacan un elepé solidario. Se diluye la única conexión reversible vasca con la Movida Madrileña (que ahora danza en la corte monegasca) con su flanco anárquico y extremo. Lo seguimos saludando esporádicamente en El Ensanche, rondaban Sanchís y Jocano y una guapa pelirroja le sujetaba con pinzas la indumentaria desmadejada por las convulsiones. Desapareció hace diez años y los amigos hemos organizado un Tributo Donostiarra a Ignacio Gasca que empieza aquí mismo. ¡Dios salve a Poch! El cielo será menos aburrido.