Septiembre, mes postvacacional por excelencia, suele ser de vacas flacas. Durante el asueto, quien más, quien menos, suele echar la casa por la ventana al abrigo del lema «después de trabajar todo el año, ya nos merecemos esto». Así que cuando el común de los mortales regresa a la dura realidad, además del cada vez mas riguroso síndrome postvacacional, suele tener la Visa echando humo, el bolsillo vacío y la cuenta corriente más seca que la mojama.

Afortunadamente para mí, este año no me ocurre tal cosa. Muy al contrario; he sabido que mi fortuna ha experimentado un espectacular aumento durante el verano. Nada menos que dos fincas: un caserío en Nafarroa, con varias hectáreas de terreno, y otro en Bizkaia, que dedico, entre otras cosas, a albergar a mis clientes cuando tras cumplir sus condenas salen de la cárcel, dando así un servicio integral jurídico-hostelero, pionero en el mercado y al que se puede augurar un futuro halagüeño, dada la necesidad de ofertas originales que cada vez demanda más el saturado mercado de la abogacía. Así que, en este aspecto, mi rentrée ha resultado muy positiva, pues no es baladí enterarte de tan inesperada fortuna surgida de la nada por arte de birlibirloque.

No puede decirse lo mismo del panorama social que hemos encontrado, con el fantasma de la ruina acechando a todo el concierto económico occidental, empeñado en demostrar que Marx tenía razón. Hasta hace meses no había crisis, y ahora resulta que estamos en una recesión mundial de muy profundo calado y que nadie sabe hasta dónde va a llegar.

Acecha la miseria y además en todos los órdenes de nuestra vida. Los exámenes de septiembre han resultado reválida. Se prohíbe la tradicional manifestación del domingo de regatas de Donostia por los derechos de los presos, porque, según el consejero Balza, los donostiarras tienen derecho a un día de fiesta. Y es verdad, pero lo cierto es que durante años se celebró sin altercado alguno, y sólo desde que aparecen sus tropas se arma el lío. Que se vayan y tengamos la fiesta en paz.

Ilegalizan un partido histórico, EAE-ANV, y se incautan de los bienes que hace pocos años le devolvieron para reparar, solo en una ínfima parte, el expolio del franquismo. Expolio al cubo: político, de votos y económico. Después EHAK. Récord mundial de ilegalizaciones: el Reino de España al Guiness, por delante de Turquía. Las Gestoras y Askatasuna disueltas por ser una organización armada sin armas y sus militantes encarcelados, condenados a graves penas. El ex ministro Trillo, que de esto sabe mucho, afirma que estas resoluciones judiciales son fruto de los acuerdos PP-PSOE: todo parece indicar que, como con el cierre de EGIN, se están «atreviendo». En este caso, a cegar todas las posibles vías de expresión política del independentismo vasco. Antidemocrático y políticamente nefasto tanto atrevimiento, pero ya lo ha explicado Rojo: es cuestión de cojones.