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Respuesta a la anulación de la ley de consulta

¿Firmarán también Superman, el Hombre Araña y ZP?

Iñaki IRIONDO | Corresponsal político

No es cachondeo. Una de las últimas grandes iniciativas políticas de recogida de firmas la protagonizó el PP en 2006 en contra del Estatut de Catalunya. Mariano Rajoy aseguró haber reunido más de cuatro millones de firmas, pero para entonces la campaña en internet había quedado desacreditada al figurar adhesiones tan inesperadas como las de Superman, el Hombre Araña, el Zorro y hasta el propio José Luis Rodríguez Zapatero. Bastaba introducir un nombre y cualquier DNI para que la firma se contabilizara. ¿Es éste el final que los partidos que apoyaron la Ley de Consulta quieren darle a una iniciativa de semejante calado, que ha sido uno de los ejes de la política vasca en los últimos años y que se ha convertido prácticamente en la marca de identidad del lehendakari y su Gobierno?

Lo cierto es que no son pocas las dudas e incógnitas que surgen en torno a todo el desarrollo que ha tenido la Ley de Consulta. La principal, evidentemente, es para qué se puso en marcha sabiendo que se estrellaría contra el Tribunal Constitucional español si no se tenía intención de defenderla después debidamente.

También cabe preguntarse sobre el papel que ha jugado el propio lehendakari. Hasta que se hicieron públicas las preguntas de la consulta, manejó la iniciativa de forma personal y con mano de hierro. Baste recordar que Iñigo Urkullu, Unai Ziarreta y Javier Madrazo conocieron a la vez el contenido literal de las mismas y les negó la posibilidad de introducir cambios. Aún resuena el patinazo del presidente del EBB cuando afirmó que la consulta incluiría un rechazo explícito a ETA. Y, sin embargo, cuando llega la hora de defender su gran obra, Ibarretxe lanza una iniciativa de denuncia ante el Tribunal de Estrasburgo -que cada vez parece más haber sido una ocurrencia-, se aparta y cede el liderazgo a los partidos, que cada día que pasa evidencian de forma más nítida no saber qué hacer con esa patata caliente hasta que la montaña pare un ratón. ¿Cuánto hubo de improvisación en el anuncio que el lehendakari hizo el día 1 en Miramar? ¿Qué planes habían ido definiendo Ibarretxe, Urkullu, Ziarreta y Madrazo en sus comidas de coordinación de los viernes en Ajuria Enea?

La interpretación más maquiavélica de los hechos puede llevar a pensar que el sector dominante en el EBB ha ido dejando que Juan José Ibarretxe se fuera cociendo en su propio jugo hasta llevarlo a un punto de no-retorno, pero al lehendakari le correspondía conocer cuál era la correlación de fuerzas dentro de su propio partido antes de embarcarse y embarcar a la ciudadanía en semejante singladura.

Muchas preguntas todavía en el aire, incluida la del propio futuro de Ibarretxe. Y el próximo viernes, Pleno de Política General en el Parlamento de Gasteiz y el domingo, Alderdi Eguna en Foronda con el lema «Baietz!». Quizá ahí podamos empezar a encontrar respuestas.

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