EEUU gastará miles de millones de dinero público para salvar la banca
Cientos de miles de millones de dinero público servirán en EEUU para tapar los agujeros de las entidades financieras, lastrados por deudas tóxicas que hasta ahora no podían colocar en el mercado y que han provocado la quiebra de algunas de ellas. Ésta será una de las medidas del plan acordado por el Gobierno, el Congreso y la Reserva Federal estadounidense para hacer frente a la crisis financiera.GARA |
El Gobierno estadounidense gastará cientos de miles de millones de dólares de dinero público en una intervención a gran escala en los mercados para responder a la crisis financiera, según confirmó ayer el secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson.
De esta forma, la administración elevará su participación en el mercado inmobiliario, que considera la raíz de los problemas financieros de Estados Unidos. El plan deberá definirse durante este fin de semana y podría ser aprobado por el Congreso la próxima semana. Según Paulson, el programa debe ser «suficientemente grande» para tener impacto y que supondrá una inversión «significativa» de dinero de los contribuyentes.
De hecho, la iniciativa podría suponer la mayor intervención pública en los mercados de capitales desde la «Gran Depresión» de la década de 1930, según «The Wall Street»
Paulson enfatizó que la alternativa a esta intervención sería «más quiebras» de bancos y unos mercados incapaces de financiar el crecimiento de la economía estadounidense.
La medida principal consistirá comprar los activos «dañados» a la banca, es decir la deuda de mala calidad, y que ahora mismo ni pueden vender en los mercados. El tamaño que cobraría esta medida sería de varios cientos de miles de millones de dólares.
En lugar de tomar sólo los activos dañados de los bancos quebrados, el Departamento del Tesoro o una nueva entidad creada con este fin, compraría los activos de todas las entidades, incluso las saneadas, con un precio de descuento, para después venderlos en subasta en los mercados. Otra de las propuestas será la intervención en el mercado de títulos inmobiliarios. De esta forma, los gigantes hipotecarios Feddie Mac y Fannie Mae, intervenidos por el Gobierno para evitar su colapso, aumentarán las compras de valores garantizados por hipotecas, unos valores de los que los bancos no podían deshacerse porque hasta ahora nadie quería comprarlos.
Garantías para los fondos
El Congreso, el Gobierno y la Reserva Federal prevén también crear un sistema de seguros para las inversiones en los mercados monetarios, similar al seguro de depósito que existen para las cuentas bancarias comunes.
Esta medida iría dirigida a frenar la salida precipitada de los mercados de aquellos inversores que cuentan incluso con activos de bajo riesgo, y entre los que ya ha comenzado a cundir el pánico. El Departamento del Tesoro ofrecerá garantías temporales para el mercado monetario de los fondos mutuos de inversión con una inyección de 50.000 millones de dólares. Para ello, utilizará un fondo creado en la época de la Depresión.
La Comisión de Valores estadounidense prepara, a su vez, una prohibición temporal de la «venta al descubierto» de valores, una práctica especulativa que permite a los inversores vender incluso valores prestados que no poseen, haciendo que su valor se desplome para recomprarlas a un precio menor. El paquete de medidas anunciado por Paulson supone un cambio de estrategia frente a la crisis financiera. Hasta ahora, el Gobierno sólo había reaccionado ante las noticias de instituciones financieras al borde del colapso, con la decisión de poner dinero público para salvar al banco de inversión Bear Stearns y la aseguradora AIG, además de Freddie Mac y Fannie Mae. En cambio, dejó caer en la bancarrota al banco de inversión Lehman Brothers.
Paulson reconoció que las medidas hasta ahora no han sido suficientes y que Estados Unidos «debe tomar acciones adicionales y decisivas» para responder a las causas de la crisis. Para justificar la intervención, pintó un cuadro tenebroso de la situación actual. Dijo que los ahorros de los estadounidenses «están en peligro» y que se ha «perturbado» la capacidad de los consumidores y las empresas para tomar dinero prestado.
El acuerdo se forjó entre el Gobierno de EEUU, la Reserva Federal y el Congreso en una breve reunión en el despacho de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi y se trata del último paso del Gobierno para mitigar una crisis que ha provocado el descalabro de los mercados mundiales y ha puesto en peligro la supervivencia de grandes instituciones financieras.
El jueves la Reserva Federal y otros cinco grandes bancos centrales del mundo, se vieron obligados a inyectar 180.000 millones de dólares en el sistema financiero internacional.
«La raíz de las turbulencias en los mercados de capitales se encuentra en la corrección que ha sufrido el mercado inmobiliario y en lo que está pasando con la caída de los precios de las viviendas -dijo Paulson-. Por tanto nos hemos unido para trabajar en una solución expeditiva dirigida al corazón de este problema, como es la falta de liquidez de los activos de las instituciones financieras».
El presidente de la Reserva Federal afirmó, al término de la reunión, que «esperamos trabajar con el Congreso para resolver la crisis financiera y conseguir que nuestra economía funcione de nuevo».
El presidente del Comité de Banca del Senado, el demócrata Christopher Dodd, destacó que en su vida política nunca ha habido un momento «tan grave» como este y aseguró que el sistema financiero se encontraba «a unos pocos días» del colapso.
El presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara Baja, Barney Frank, afirmó que su ratificación tardará menos de un mes. En principio, el Congreso debería suspender sus sesiones a finales de la próxima semana, pero las prolongará de forma extraordinaria.
Bush: «Una medida esencial»
El presidente de EEUU, George W. Bush afirmó que la intervención pública en los mercados «no sólo está justificada, es esencial» para evitar un daño mayor en la economía. «Debemos actuar ahora para proteger la salud económica de nuestra nación», afirmó Bush, en una comparecencia flanqueado por el secretario del Tesoro, Henry Paulson, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y el presidente de la Comisión del Mercado de Valores, Chris Cox, poco después de que se conociera el plan de choque.
El presidente apeló al Congreso para que apruebe «lo antes posible» el proyecto y no añada «cláusulas controvertidas»- «Ahora no es el momento para posiciones partidistas», dijo.
El presidente destacó por un lado las dificultades extraordinarias a las que se enfrenta la economía estadounidense y, por otro, envió un mensaje de calma a los ciudadanos.
Bush señaló que si el Gobierno no actúa ahora, están en juego pérdidas de empleo «masivas», un desplome aún mayor del mercado de la vivienda y una destrucción de valor en las cuentas de jubilación de los estadounidenses. «La confianza en el sistema financiero es esencial para que la economía funcione sin problemas y recientemente esa confianza se ha visto sacudida», afirmó.
Riesgo para el contribuyente
El presidente recordó que el Gobierno garantiza los depósitos bancarios de hasta 100.000 dólares. «Esta acción conlleva riesgo» para el contribuyente, reconoció Bush, pero dijo esperar que el Gobierno pueda recuperar el dinero público.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, dio la bienvenida a las medidas aprobadas por el Gobierno estadounidense para estabilizar el sistema financiero. El comisario europeo para Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, también calificó como «buena noticia» la decisión de las autoridades estadounidenses, a la vez que advirtió de que las medidas que se adopten para superar la actual crisis económica no deben «saltar por encima de la disciplina presupuestaria».
A esta intervención se suma una nueva inyección de liquidez por parte de los bancos centrales. La Reserva Federal aportó 20.000 millones de dólares al sistema financiero del país, con lo que, en el conjunto de la semana la Fed ha dado liquidez al sistema por un total de 265.000 millones de dólares. El lunes colocó 70.000 millones de dólares, el martes otros 70.000 millones y el jueves 105.000 millones.
El BCE también siguió con la misma política e inyectó ayer en el mercado interbancario 40.000 millones de dólares, que se suman a los 40.000 millones de dólares repartidos el jueves.
Esta semana el BCE ha inyectado en el mercado de dinero del euro 125.000 millones de euros con carácter extraordinario (30.000 millones el lunes, 70.000 millones el martes y 25.000 millones el jueves).
Las bolsas de todo el mundo recibieron con gran entusiasmo el despliegue de medios por parte de Washington para combatir la crisis financiera. Wall Street llegó a subir el 4,2% al conocer los planes de Washington y cerró con un alza del 3,36% animado por las firmas financieras. Las bolsas europeas reaccionaron con subidas sin precedentes. Londres ganó un 8,8%; Fráncfort, un 5,6%; París, un 9,3% y Madrid lo hizo un 8,7%, la mayor de la historia. Todos los sectores empresariales se situaron en el terreno de las ganancias. Los bancos lideraron las alzas con una subida media del 17,5%, seguidos de las aseguradoras, con un 14,4% y de las compañías de materias primas, con un 12,7%.
En el Estado español, el Santander y el BBVA repuntaron un 13% y 12%, respectivamente. En Fráncfort, la aseguradora Allianz ganó un 12,4%, Commerzbank subió un 20% y Deutsche Bank un 14,4%. En París y en Londres las subidas de los bancos eran mucho mayores: Credit Agricole se apreció un 24,6%, el Barclays ganó un 26,3% y Halifax Bank of Scotland (HBOS) subió un 28,9%.
La autoridades de supervisión estadounidenses (SEC) y las británicas impedirán operar temporalmente a compañías de inversión especializadas en ventas al descubierto para frenar la especulación. En el caso de EEUU afectará a unas 800 firmas, mientras Canadá se plantea seguir el ejemplo. En el Estado español, la CNMV no adoptará esta medida y en el Estado francés la AMF anunció un mayor control sobre estas prácticas.
El presidente de Banca del Senado, Christopher Dodd, dijo que nunca ha visto una situación tran grave y que el sistema financiero se encontraba a «pocos días del colapso».
La Fed inyectó 20.000 millones de dólares en el sistema que hacen un total de 265.000 millones en la última semana. El BCE aportó 40.000 millones de dólares y suma 125.000.