Victoria Mendoza Psicoterapeuta
Estado de excepción. ¿Y ahora qué?
Es hora de ponernos a trabajar en serio. Tenemos que ver todos los sufrimientos y dolores y todas las verdades y decir ¡basta! al estado de excepción español
Entiendo de sufrimientos pero no de leyes. Seguramente denunciaría a Aznar, Rajoy, Zapatero, Garzón y muchos jueces y políticos como responsables de tantas injurias y calumnias, de tantos crímenes sociales y políticos y, por supuesto, por fomentar el terrorismo en el País Vasco. En una misma semana han ilegalizado a dos partidos políticos, dejando a miles de votantes vascos sin representación política, han setenciando a 21 personas del sumario 33/01, Gestoras Pro-Amnistía y Askatasuna, personas que toda su vida han denunciado la tortura y la represión, defendido los derechos de los presos políticos vascos y que ahora, en una absurda y errónea sentencia, se les acusa de terroristas, aunque no haya armas de por medio.
El PP y PSOE no pueden garantizar que el conflicto vasco termine, porque no les interesa, ya que el terrorismo deja mucho dinero y muchos votos para cada partido y, como alguna vez manifestó Zapatero, «interesa que haya tensión entre los ciudadanos», palabras textuales que todos alcanzamos a escuchar en un descuido televisivo. El conflicto vasco ha dado ya muchos muertos en atentado, por suicidio en las cárceles, por accidentes en las carreteras al visitar a los familiares presos, son cientos los presos políticos ilegalmente dispersados por toda la geografía española y francesa, miles los torturados; miles de personas afectadas física, económica y psicológicamente por macrojuicios, detenciones, encarcelamientos, ilegalizaciones de partidos, cierres de periódicos, acusaciones, calumnias y demás injusticias.
Debido a actuaciones nada responsables ni inteligentes de los políticos, se puede provocar que tarde o temprano se empiecen a crear con todos los dolidos, hijos, padres, hermanos de todos los detenidos, muchas nuevas «etas», porque seremos las otras víctimas quienes tomaremos otro tipo de poder para volver a poner las cosas en su sitio, para reclamar justicia y para exigir realmente garantías de que todo esto termine. Estamos cansados, pero no derrotados, y el dolor y las ansias de justicia nos mantienen en pie. Se ha declarado un estado de excepción típico de España, los políticos se niegan a reconocer los derechos básicos de los ciudadanos vascos, han declarado una guerra sucia y esto no es otra cosa que alentar el terrorismo. Todo lo que hacen contra la izquierda abertzale, contra personas social y políticamente comprometidas, personas que nunca han tocado un arma, personas que no quieren más conflicto, sino que se les respete como nación independiente, que se respete su derecho a decidir su futuro político; personas que han intentado una participación política y que no sólo se les niega, sino que además se les condena y encarcela.
Todo esto es una provocación, es una grave e inequívoca estrategia política que tendrá las consecuencias de acción-reacción, todo esto ocasionará nuevos conflictos, por lo que es hora de ponernos a trabajar en serio. Tenemos que ver todos los sufrimientos y dolores y todas las verdades y decir ¡basta! al estado de excepción español.