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Caótica Palestina

«Eid milad Laila»

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Mikel INSAUSTI

Hay que felicitar al cineasta palestino Rashid Masharawi por su ejemplo de economía cinematográfica, pues le bastan setenta minutos para contar una historia sencilla pero de las que llegan al corazón del público, sin desperdiciar un solo plano. Le es más que suficiente una leve y mínima excusa argumental para bordar el conocido esquema de «Un día de furia», con un ciudadano al que le da el ataque de locura en medio del caos urbano. No cae en ningún esquematismo o situación común, por la simple razón de que los escenarios escogidos lo cambian todo respecto a lo que hayamos visto antes en una pantalla. El oficio de taxista puede llegar a ser el peor oficio imaginable en la Palestina ocupada, pues nunca se sabe cómo va a empezar una carrera, ni cómo ni donde terminará. Hay una escena muy significativa en la que los clientes de un bar oyen una explosión que les obliga a protegerse debajo de las mesas, a la vez que especulan sobre el origen de la detonación sin descartar ninguna de las causas habituales, ya que todas las expuestas son perfectamente posibles. Las situaciones que se suceden son tanto o más surrealistas, salvo por la naturalidad con la que se las toman quienes están acostumbrados a padecerlas a diario.

El protagonista de «Eid milad Laila» conoce igual que los demás el estado de confusión que se vive en las calles de Cisjordania por las que conduce su taxi, pero da la casualidad de que quiere llegar a casa antes que otros días para celebrar el cumpleaños de su hija. Algo tan sencillo en condiciones normales como encargar una tarta o comprar un regalo se convierte en una odisea, la cual adquirirá un desarrollo kafkiano porque el eventual chofer reclama el ejercicio de su auténtica profesión, que es la de juez, y cada mañana ha de pasar por un ministerio de justicia que no dispone de fondos para funcionar de acuerdo con las aspiraciones nacionales. Mientras tanto el negocio del transporte no funciona, por ser respetuoso con la ley y no admitir pasajeros armados.

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