Obuses que se estrellan contra las casas, enfrentamientos de artillería en las calles; la población de Mogadiscio volvió a ser ayer víctima de los combates que ensangrentaron la capital somalí en la madrugada de ayer, y que dejaron un saldo de al menos 13 muertos .

Estos combates son los más sangrientos desde hace mucho tiempo en la castigada Mogadiscio. «Era horrible», narraba Moalim Yusuf, cuya hija murió en un bombardeo. «Mi familia huyó de casa para refugiarse en otro inmueble, con tal mala suerte de que un obús cayó sobre él matando a cinco personas».

Desde el martes, los shebabs, la facción más dura de la insurgencia islamista, ha prometido intensificar sus ataques contra las fuerzas africanas de interposición.