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Real-Alavés, derbis en blanquiazul con mucho más de noventa minutos

Sin llegar a despertar la expectación de derbis más calientes, los enfrentamientos entre Real y Alavés se han ido cargando de pasión y drama. Así, del gesto de De Pedro pidiendo perdón a Mendizorrotza en el 99, se ha pasado al bestial choque de sensaciones de junio de 2008.

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Jon ORMAZABAL

Lamentablemente, los destinos de Real Sociedad y Alavés han confluido en Segunda División y en procesos concursales tras nefastas gestiones deportivas. Ver cómo ha derivado la imagen de una grada de Mendizorrotza celebrando unida una derrota de la Real que mantenía al Alavés en Primera al brutal choque emocional vivido el 20 de junio, cuando en apenas dos minutos los babazorros resucitaron y los guipuzcoanos vieron cortado su sueño más ansiado, es un buen espejo en el que ver reflejado la trayectoria de ambos equipos en unos años complicadísimos.

Al margen de polémicas, piques y malentendidos surgidos de la difícil asimilación del enorme crecimiento albiazul a principios del siglo XXI y el paulatino deterioro del potencial realista, los enfrentamientos entre ambos equipos han derivado en los últimos años en partidos transcendentales con un denominador común, que fueron solventados después de que el asistente mostrara la tablilla con la prolongación.

No fue exactamente un enfrentamiento directo pero una gran parte del presente albiazul pasó por pies de una Real que, en en mayo de 2006 tenía que puntuar en Montjuic para que, acompañado de una victoria del Alavés sobre el Deportivo, los gasteiztarras se mantuvieran en Primera. Cumplido el segundo axioma con gol de Bodipo, un tanto de Coro en el minuto 91 dio la permanencia al Espanyol y mandó al Alavés a Segunda, suponiendo un acicate más a la salida de Piterman del Glorioso.

Lamentablemente, estos dos equipos vascos volvieron a verse las caras una temporada después, y no porque el Alavés hubiera conseguido regresar a la máxima competición, sino porque la errática trayectoria de los guipuzcoanos los llevó al pozo de la Segunda División. Pese al cambio de categoría, la emoción no hizo sino aumentar en los dos últimos derbis disputados.

Con ida y vuelta

Anoeta acogió a ambos equipos en la penúltima jornada de la primera vuelta de la pasada temporada y el partido volvió a resolverse en la prolongación decretada por el árbitro, en este caso Teixieira Vitienes. Un gol de Elustondo en el 93 dio el triunfo a una Real que confirmaba que podía luchar por el ascenso tras un nefasto arranque liguero, mientras que un Alavés que soñaba con mirar hacia arriba, se vio envuelto en una mala racha que casi lo llevó a la desaparición. Curiosamente, ninguno de los dos técnicos que estuvieron en los banquillos aquella tarde terminaron la temporada. El derbi fue el último partido de un Coleman que no tragó con Badiola y Uribe fue destituido cinco jornadas después tras caer en Cádiz.

Pero el cenit de está prolongada agonía se vivió el 8 de junio de este año, cuando las aspiraciones y los sueños de ambos se cruzaron en un duelo mucho más allá del tópico de a vida o muerte. En uno de los finales más agónicos de los últimos tiempos, los buenos aficionados albiazules entienden que el fútbol saldó la deuda que tenía con el Alavés desde aquella final de Dortmund -dilucidada en el minuto 120 con el autogol de Geli-, mientras que el golpe para los aficionados realistas fue quizá aún más difícil de asimilar que el propio descenso.

El impacto de aquellos dos goles de Jairo y Toni Moral en el descuento fue brutal y muy especial para dos jugadores, Garitano y Sergio, cuyas vidas se han cruzado de una manera muy curiosa. Y es que, Sergio podría estar jugando hoy en Primera con la Real si no hubiera salido ganador en aquel épico final, mientras que el futuro de Garitano podría no pasar por Donostia -salió de Donostia porque la propuesta de renovación se dilató en exceso a pesar de que Lillo habla maravillas de él- pero lo que es seguro es que no estaría en Gasteiz, ya que si la Real hubiese ganado aquel partido, el Alavés estaría, en el mejor de los casos, en Segunda B.

Finiquitada la continuidad de los dos equipos en Segunda, a pesar de que les costó tomar la decisión por el gran ambiente de cada uno de los vestuarios, ambos centrocampistas decidieron tomar la N-1, quizá se cruzaron en Etxegarate, y afrontan hoy un derbi muy especial siendo titulares fijos y piezas importantes de Real y Alavés y conociendo muy bien que en estos partidos pasan muchas cosas a partir del minuto 90.

 

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