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Rivero: «Quiero meter al espectador en la dinámica monótona del personaje»

«Parque Vía», la ópera prima de Enrique Rivero, retrata la vida monótona de Nolberto Coria, un hombre que desde hace 30 años trabaja cuidando de una casa sin casi tener contacto con la vida exterior.

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Ariane KAMIO | DONOSTIA

Nolberto Coria es un hombre de unos 50 años que cuida de una casa mexicana desde hace seis lustros. Esto no es ficción, es la historia real de una persona inmersa en una vida monótona en su propio territorio, una especie de cáscara que le refugia de lo que sucede fuera de esas cuatro paredes. El cineasta Enrique Rivero ha rescatado sus vivencias para traerlas a la gran pantalla, en lo que se ha convertido en su ópera prima, «Parque Vía». En el filme, Rivero se basa en la historia de Nolberto Coria, aunque con algunas pinceladas de ficción. La cinta tiene pocos diálogos y los que existen no son significativos. Ello se traduce en el esfuerzo de Rivero por «meter al espectador en la monótona dinámica» del morador de la casa. «Es arriesgado porque estoy contando la vida monótona y aburrida de una persona y, al mismo tiempo, trato de que no sea aburrida».

Sorprendentemente, el propio Coria es el protagonista de la película y, no se esfuerza en interpretar; se muestra tal y como es. A pesar de que la película cuenta con un guión previamente establecido, este hombre «no lo leyó nunca». Rivero explicó que su protagonista «al principio no sabía muy bien qué era lo que iba a hacer ni nada, yo nunca le di el guión. Confió en mí ciegamente y fuimos haciendo las cosas según el momento en el que íbamos a rodarlas». Para Coria, que en el largometraje se hace conocer como Beto, ha sido su primer experiencia ante las cámaras y en algunos momentos «no entendía nada de lo que estábamos haciendo», porque una película no se rueda de manera líneal, y en ocasiones se sentía desorientado.

Planos largos

En la vida de este hombre, en la ficción, se cruzan solamente dos mujeres. La primera, que en la vida real es la madre del cineasta, interpreta el papel de la dueña de la casa, una fémina adinerada y a veces bastante «estirada», pero a la que el cuidador tiene mucho aprecio. La segunda es una «fichera»; es decir, una mujer que trabaja en un salón de baile ofreciendo eso, baile a sus clientes. Éstos compran las fichas en el establecimiento y se las entregan a ella cada vez que quieren bailar. Rivero utiliza secuencias de planos muy larga. En una de ellas pasa cuatro minutos y medio ininterrumpidos siguiendo los pasos de baile de esta chica. «Estoy muy orgulloso de esa secuencia. Es el único momento en el que hago cine. Cuento una historia que no tiene nada que ver con la principal», pero lo interpreta como «un regalo al espectador».

Esta señorita visita semanalmente a Coria y mantienen una extraña amistad, en la que se mezclan las relaciones sexuales, aunque el realizador no hace referencia expresa a ello. «Nunca quise explicar su pasado. Parece que llevan mucho tiempo juntos. No sé si le paga o no (a cambio de sexo). Probablemente al principio sería cuestión de dinero, pero posteriormente la relación se ha traducido en la misma monotonía», dijo.

La película recibió el premio del público FICCO de México, y el de la crítica en la última edición del certamen de Locarno. En Donostia está por ver si se llevará algún galardón pero, por encima de ello, el joven realizador mexicano se mostró contento de estar en Zinemaldia por su «gran magnitud».

Horizontes Latinos

Título original: «Parque Vía».

Dirección: Enrique Rivero.

Guión: Enrique Rivero.

Fotografía: Arnau Valls Colomer

Intérpretes: Nolberto Coria, Nancy Orozco, Tesalia Huerta.

Duración: 86 m.

País: México.

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