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El acuerdo del Congreso de EEUU fracciona el fondo del plan de rescate

Demócratas y republicanos alcanzaron un acuerdo para que el Gobierno utilice 700.000 millones de dólares en el rescate del sector financiero. En lugar de gastarlos de una vez, los fraccionará, y Washington podrá usar 250.000 millones inmediatamente; otros 100.000 millones si el presidente determina que los necesita y el resto puede ser retenido si el Congreso no está satisfecho con el desarrollo del plan.

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Tras un fin de semana de reuniones maratonianas en el Congreso de EEUU, legisladores republicanos y demócratas se pusieron de acuerdo sobre las líneas generales del plan de rescate financiero, con lo que esperaban dar tranquilidad a la apertura de las bolsas, y apuraron la negociación para llegar antes del inicio de la sesión en los mercados asiáticos, con el fin de evitar una caída general. Sin embargo, su éxito sólo se comprobará si consigue desbloquear los flujos del crédito.

La Cámara de Representantes votará hoy el plan de rescate financiero de 700.000 millones de dólares, según el presidente del Comité Servicios Financieros de la Cámara, el demócrata Barney Frank. Antes de llevarlo al Senado los líderes de ambos grupos deberán averiguar si algún senador cuestiona la iniciativa, lo que podría retrasar su aprobación. Además, una festividad judía obligará a posponer cualquier negociación. «Lo más pronto que podría abordarlo el Senado sería el miércoles», indicó un congresista.

El eje del plan consiste en que el Departamento del Tesoro del Gobierno de EEUU tendrá a su disposición un máximo de 700.000 millones de dólares para comprar deuda de mala calidad relacionada con el mercado hipotecario a bancos, planes de pensiones y gobiernos locales. Con ello pretende desbloquear el flujo de crédito, actualmente paralizado por la presencia de esos activos «tóxicos» en los balances de las instituciones financieras. De esa cantidad, podrá usar 250.000 millones inmediatamente y otros 100.000 millones si el presidente, George W. Bush, determina que los necesita. El Congreso podría retener los otros 350.000 millones si no estuviera satisfecho con el desempeño del programa.

Además, los contribuyentes recibirán derechos de compra de acciones (warrants), con lo que se beneficiarán si las empresas que reciben la ayuda se recuperan.

«Paracaídas dorado»

Los demócratas introdujeron además la facultad del Gobierno para limitar los ingresos de los directivos de las compañías participantes en el programa. De esta forma, cuando son despedidos, los jefes de empresas fallidas no podrán recibir beneficios multimillonarios, el llamado «paracaídas dorado». El Gobierno también elevará los impuestos a empresas que paguen a sus directivos por encima de 500.000 dólares al año.

Por otro lado, se establecerá un consejo de supervisión del programa, que incluirá al presidente de la Reserva Federal. Además, el Gobierno podrá renegociar los términos de las hipotecas que adquiera para ayudar a los propietarios de viviendas con problemas para pagar las letras a evitar el desahucio.

Finalmente, el secretario del Tesoro tendrá la opción de requerir a los bancos que compren seguros para cubrir su cartera de títulos vinculados a las hipotecas.

«Creo que lo hemos logrado», señaló el secretario del Tesoro, Henry Paulson. Harry Reid, líder de la mayoría demócrata del Senado, afirmó que las negociaciones fueron «extremadamente difíciles». El documento inicial, de tres páginas, cuenta ahora con 106. El pacto alcanzado por un comité de legisladores demócratas y republicanos el jueves se desmoronó cuando muchos republicanos de la Cámara Baja se mostraron contrarios a una intervención pública de tal magnitud. Ayer este grupo insistió en requerir que los bancos compren seguros para cubrir su cartera de títulos vinculados a las hipotecas. Los demócratas aceptaron incorporar esa idea, aunque sólo como una opción del Gobierno y no para sustituir la compra de títulos «tóxicos».

El dinero público acude también a salvar Fortis y B&B en Europa

Mientras EEUU trata de salvar su sector financiero, en Europa siguen las caídas de entidades. El Gobierno británico pretende nacionalizar el banco Bradford & Bingley (B&B), dedicado a conceder hipotecas para la compra de viviendas destinadas a su alquiler. Esta será la segunda nacionalización del año en Gran Bretaña y Londres recurrirá a la legislación aprobada para nacionalizar el banco Northern Rock, según la BBC. El B&B cuenta con unos 2,5 millones de clientes y 2.862 empleados, pero recientemente anunció la supresión de 370 empleos en un plan de ajuste. Las acciones del banco han perdido un 90% de su valor este año. El Tesoro, añadió la BBC, dispondrá casi con seguridad la venta inmediata del B&B. Entre los posibles compradores figuran el Santander, el HSBC y el Barclays. Si ocurre así, sería el cuarto banco británico que desaparece este año.

Mientras, las autoridades de Bélgica y Holanda acudieron al rescate del grupo Fortis, que venderá al holandés ING los activos de ABN Amro que adquirió el año pasado por 10.000 millones de euros. A la vez, recibirá una inyección de dinero público de 7.000 millones de los gobiernos belga y luxemburgués que, desde el viernes trataban de encontrar una solución. Ayer se sumó a esta negociación al más alto nivel el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet. Según el plan para rescatar Fortis, está prevista la dimisión del presidente del Consejo de Administración, Maurice Lippens. Fortis, que cuenta con 85.000 empleados, es la primera entidad financiera belga, con un gran dominio en el ámbito minorista de banca y de seguros. GARA

automóvil

El Congreso de EEUU también tuvo tiempo de votar un fondo de 25.000 millones de dólares para rescatar al sector de fabricantes de automóviles, con la excusa de que puedan adaptarse a los «vehículos ecológicos».

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