La «guerra de banderas» provocada en Atarrabia por UPN y PSN durante estas últimas semanas tuvo ayer como clara vencedora a la ikurriña, que durante el lanzamiento del cohete anunciador de las fiestas ondeó al viento tanto en el balcón del Ayuntamiento como en la calle, como lo decidieron los vecinos mediante consulta popular hace ahora 31 años.

Si bien es cierto que la intención de hacer desaparecer la ikurriña de todos los edificios consistoriales de Nafarroa fue llevada a la práctica en 2002 a través de la aprobación de la Ley de Símbolos, ha sido el polémico concejal del PSN José Luis Úriz quien ha avivado el asunto al acudir a los plenos con una enseña del grupo musical Iron Maiden, en contraposición a la ikurriña que colocan los concejales de la izquierda abertzale delante de sus asientos. El grupo municipal de UPN no ha tardado en sumarse a la iniciativa, y ha comenzado a llevar la bandera de Osasuna a las sesiones plenarias.

De ese modo, los vecinos se mostraban ayer expectantes por ver si la ikurriña -que fue retirada de la fachada, pero que ondea en lo alto de un mástil de diez metros de altura colocado junto al ayuntamiento por el alcalde Peio Gurbindo (NaBai) hace un año- sería puesta o no en el balcón consistorial durante el lanzamiento del cohete, lo que finalmente sí sucedió.

Para no vulnerar la normativa, que expecifica que las «banderas de otras comunidades y Estados» pueden ser colocadas cuando el municipio reciba la visita de alguna personalidad, el alcalde invitó ayer al acto a un representante de la CAV.

Cuando a las doce del mediodía el concejal de UPN Alfonso Úcar prendió la mecha, la enseña tricolor lucía en la fachada y en el mástil colocado junto al edificio consistorial, mientras que en la calle decenas de vecinos portaban ikurriñas y emblemas en favor de los presos y represaliados políticos.

A pesar de todas las trabas e impedimentos, la ikurriña fue la gran protagonista de la primera jornada festiva.