El viaje de Rice a India profundiza la cooperación en materia nuclear
La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, llegó a India para hablar de energía nuclear y mejorar la cooperación en este terreno. Su viaje se produce después de que el Senado haya dado su visto bueno a un acuerdo nuclear con Nueva Delhi, cuya firma, prevista inicialmente para ayer, deberá esperar por problemas burocráticos. Han sido tres años de difíciles negociaciones para llegar a este punto. Ahora, esperan reforzar su «asociación estratégica».
GARA |
La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, no pudo sellar el acuerdo de cooperación nuclear «civil» con India, país al que viajó ayer con esa intención. No se debió a un desacuerdo de último momento, sino «a muchos destalles administrativos que sortear».
En declaraciones a bordo del avión que la trasladó a Nueva Delhi, destacó «el paso estratégico» que ha dado EEUU, cuyo Senado autorizó la pasada semana la firma de este pacto «histórico», anunciado en 2005 por el presidente George W. Bush y el primer ministro indio, Manmohan Singh.
Incidió en que esta visita pretende «marcar una línea a seguir». «El acuerdo elimina una barrera para la integración de India en un completo espectro tecnológico. Es el reflejo de la transformación de nuestras relaciones y el reconocimiento de la aparición de India en la escena mundial», manifestó.
Se felicitó también porque con este pacto Washington «refuerza su asociación con una potencia económica en desarrollo y aportará salidas y empleos a nuestra economía». «Las compañías norteamericanas piden una oportunidad para demostrar su capacidad», añadió.
Admitió que ambos países están ya «discutiendo sobre ventas militares». Las empresas quieren hacerse con la renovación de la flota, ahora de fabricación rusa, de las Fuerzas Aéreas indias, con la compra de 126 nuevos aviones de combate y una inversión de 10.000 millones de dólares. En la subasta de este contrato, el mayor de la Fuerzas Armadas, compiten también el consorcio europeo EADS y fabricantes rusos, que hasta ahora habían sido los principales suministradores de armamento a India.
Rice apostó por ir más allá del acuerdo nuclear. «Digamos que eso ya está hecho. Debemos avanzar en qué podemos hacer, porque tenemos una relación muy amplia», declaró. El titular de Exteriores indio, Pranab Mukherjee, señaló que una vez que Bush ponga su firma en el documento acabará el largo y complicado proceso de negociaciones. «Entonces, acordaremos una fecha para la ceremonia oficial de la firma», explicó. De esa manera, Estados Unidos pondrá fin al aislamiento nuclear al que sometió a India a partir de 1974, cuando realizó su primera prueba nuclear. En julio y setiembre de este año, la Agencia Internacional de la Energía Atómica y el Grupo de los 45 países proveedores de tecnologías nucleares aceptaron reanudar el comercio nuclear con India, que posee el arma atómica y niega a firmar el Tratado de No Proliferación.
Tiene además, 14 reactores comerciales operativos y nueve en construcción. La energía nuclear abastece el 3% de la electricidad. Para 2050, quieren que ese porcentaje sea del 25%. Décima potencia económica mundial, importa el 70% del petróleo.
Su objetivo es la adquisición de 60.000 megavatios suplementarios de energía nuclear, lo que representa 100.000 millones de euros en inversiones en los próximos 15 años.
Con la firma de su regreso al «orden nuclear mundial», tal y como subrayó el primer ministro, Manmohan Singh, el gigante asiático se garantiza «un importante lugar en la carrera hacia la globalización», sostiene el diplomático Arundhati Ghosh.
Para el ministro adjunto de Industria, Ashwani Kumar, «es el reconocimiento de la irrupción de India en la esfera internacional como potencia económica y estratégica».
El martes, India y el Estado francés suscribieron un acuerdo de cooperación nuclear, que a París le abre las puertas al inmenso mercado indio. De esa forma, tomó la delantera a Estados Unidos.
Otro de los países con el que deberá competir es Rusia, socio histórico de India y proveedor de una central al sur del país. Además, Moscú tiene un acuerdo nuclear listo para su firma.
Pero para que estos pactos puedan entrar en vigor y aplicarse ha sido necesario que la comunidad internacional levantara el embargo que le impuso hace 34 años por negarse a adherirse al Tratado de No Proliferación de armas nucleares. A cambio, India ha aceptado separar sus programas nucleares y civiles, y poner bajo vigilancia internacional 14 de sus 22 reactores. En opinión del analista Uday Bhaskar, ha logrado «una victoria diplomática significativa».
La diplomacia india ha estado caracterizada por su principio de «no alineamiento». Durante la Guerra Fría, Nueva Delhi siempre se negó a elegir entre los dos bloques. India reclama un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y en un G8 ampliado. Pretensiones sobre las que no hay una posición común.