«Tmeolaris» históricos, los que aguantan a pesar de los años e incluso un «montón de compañeros en el arte de contar chorradas con palabras o con dibujos». Todos ellos se reunieron ayer, como hacen las grandes familias, para celebrar el número 100 de esta emblemática revista. Y no lo hicieron de cualquier manera. Primero, posaron para la prensa y, por la tarde, El Bodegón (un bar del Casco Viejo de Gasteiz) era el sitio previsto por la familia de «tmeolaris» para hacer un «cómic en vivo». Es decir, una excusa como cualquier otra para verse las caras y disfrutar de la compañía de todos aquellos que han formado parte del proyecto desde que naciera.

Más allá de la fiesta que tuvo lugar ayer, el número 100 también es especial. En él, han participado antiguos y actuales miembros de la revista e incluso gente, que aún siendo ajena a ella, comparte la afición.

Una revista singular

«Tmeo» ha sido, desde que surgiera, una publicación especial. «Nació en los años 80 para dar cobijo a un grupo de autores vascos que querían tener libertad para expresarse», explican desde «Tmeo». Pero la distribución es, sin lugar a dudas, uno de los elementos que diferencian a esta revista. El 90% de la distribución se realiza en bares, mientras que sólo el 10% se hace en tiendas y distribuidoras. Según explica uno de los miembros que lleva desde su fundación, Mauro Entrialgo, la mayoría se reparte por los bares de Euskal Herria. «Los mismos bares nos apoyan, siempre han distribuido la revista desinteresadamente; incluso, hay mucha gente que no es aficionada al cómic que nos lee», apunta.

Respecto al éxito que han conseguido, su récord de ventas ha sido 10.000 ejemplares del número 1. De bastantes números se han alcanzado los 8.000, mientras que la media de ventas ha sido unos 5.000. Mauro, padre del único personajes que está en todos y cada uno de los números de «Tmeo», Herminio, explica que no saben a qué ha respondido el éxito de algunos números. «Recuerdo temas o portadas que han sido más celebradas, pero es curioso, hay números que no tenemos y la verdad es que no sabemos porqué un número tiene o no más éxito», asegura. Uno de las características que subraya el dibujante es que nunca se ha censurado ningún tema. De hecho, a lo largo de los años se han ido uniendo al proyecto diferentes colaboradores. «En cada numero puede publicar cualquier autor nuevo, siempre que fuera aprobado por el consejo de redacción, con lo que cualquier chaval que estuviera empezando en esto de la historieta podía ser leído, de repente, por miles de personas».