Raimundo Fitero
Efectos
A ver quién se atreve a delimitar las relaciones causa-efecto en todo lo que sucede en nuestras pantallas con colorines. Estos días donde asistimos a esta gran representación de la ascensión, caída y resurrección asistida del sistema financiero occidental, es decir capitalista, no sabemos si lo que hacen los responsables de los bancos centrales es porque quieren salir en la pantalla o porque al salir en la pantalla los agoreros y apocalípticos, ellos han decidió bajar el tipo de interés, en un movimiento coordinado a ambos lados del océano. Los efectos de esta acción política, debe tener resultado en los hipotecarios. Ya estamos todos más felices.
Pero como simbología de la aberración que es la actual laxitud sindical, la falta de pudor, el desprecio a los principios básicos de la relación humanitaria entre empleador y empleado, una cadena de pescaderías ha salido a las mesas de debate, a las noticias más sangrantes ya que había despedido por falta de asistencia al trabajo de manera injustificada, a una empleada que está desde hace unas semanas en coma tras un accidente de moto. Se tiene que ser canalla, salvaje, criminal, para emprender esta acción. Y los cómplices que han colaborado en la empresa, en la asesoría o en donde corresponda son de la misma calaña. ¿No es un asunto punible? ¿Dónde están las salvaguardias de la justicia?
La cuestión es que una vez colocado en la plaza pública de todas las pantallas, con declaraciones de su madre, de sus compañeros, convertido en materia para al estupefacción general, no entramos que ha sido readmitida. Lo que es un lenguaje todavía muy criminal, porque nunca debería ser despedida, y la preguntat es, ¿si no se hubiera llevado hasta las pantallas este asunto, la reacción de este empresario hubiera sido la misma? ¿Qué habrían decidido las instancia de la magistratura? ¿Se emprenderán acciones legales ante esta atrocidad? ¿Alguien se atreverá a comprar pescado en sus puestos de venta a alguien capaz de mostrar esta faceta tan inhumana? Seguro que su mercancía está teñida de malos tratos, malos salarios, corrupción y malas condiciones. Aquí puede venir un buen efecto a causa de una gran salvajada.