Las fuerzas rusas culminaron ayer su retirada de Georgia, aunque mantuvieron las tropas instaladas en Abjasia y Osetia del Sur, dos meses después de una guerra que exacerbó las tensiones entre Moscú y Occidente.

Los soldados rusos «se han retirado de todas las zonas tapón» adyacentes a Abjasia y a Osetia del Sur, dos días antes de la fecha límite, declaró a France Presse el portavoz del Ministerio georgiano del Interior, Chota Utiachvili.

«La última columna con equipos técnicos y armas ha cruzado la frontera a las 20.30, hora de Moscú [18.30, hora de Euskal Herria]. La columna estaba acompañada de representantes de la OSCE», confirmó el comandante de las fuerzas de mantenimiento de paz rusas en Osetia del Sur, el general Marat Kulajmetov, citada por la agencia RIA-Novosti.

Algunas horas antes, el presidente ruso, Dimitri Medvedev, anunció en la World Policy Conference en Evian (Estado francés) que la retirada sería plenamente efectiva antes de la pasada medianoche.

Nicolas Sarkozy, presidente de turno de la UE, aplaudió las palabras de Medvedev en esa misma conferencia y le felicitó por «haber mantenido su palabra», antes de reclamar que «las dos partes se abstengan de cualquier provocación sobre el terreno».

EEUU valoró positivamente la retirada de las tropas rusas de la zona tapón. «Rusia ha comenzado a respetar el acuerdo del 8 de setiembre con la Unión Europea», declaró el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack.

El acuerdo alcanzado el 8 de setiembre por Medvedev y Sarkozy prevé la salida de las tropas rusas de Georgia antes de este viernes, después de que se hayan desplegado en la zona observadores de la UE.

Estos observadores, que no tienen permiso para acceder a Abjasia ni a Osetia del Sur, «se van a concentrar ahora en la construcción de una relación de confianza» entre georgianos y abjasos y osetos, declaró su responsable, Hansjörg Haber, en un comunicado.

En los puntos de control de Karaleti y Variani, camiones cargados de material y carros de combate marcharon hacia Osetia. A continuación, policías georgianos entraron en las aldeas del entorno, volviendo a tomar el control de la zona, según constató un periodista de France Presse.

Cerca de Osetia, máquinas apisonadores del Ejército ruso derrumbaron en tres horas los seis puestos de control que había instalados en la región georgiana de Shida Kartli, taparon las trincheras y procedieron a evacuar en camiones el último material bélico.

Previamente, zapadores militares desminaron los accesos a los puestos de control, tras lo que se efectuaron mediciones del nivel de radiación. Tras ello, los seis sectores fueron entregados a la parte georgiana en presencia de observadores de la UE.

Sarkozy, por el acercamiento

En el ámbito diplomático, Sarkozy indicó que esta retirada permitiría «retomar las negociaciones para un acuerdo marco» de colaboración UE-Rusia, que fueron retrasadas tras la respuesta militar rusa a la agresión georgiana contra Osetia del Sur.

El presidente francés, incluso, llegó a sugerir que los representantes de Osetia del Sur y Abjasia podrían participar en los debates sobre seguridad en la región que deben retomarse el 15 de octubre en Ginebra, al considerar que «todos los actores implicados» en el conflicto deben estar presentes.

Esta declaración se produce después de que Moscú reconociese, el pasado 26 de agosto, la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, haciendo frente a la oposición occidental, que reclaman el respeto a la «integridad territorial» de Georgia.

La llegada de Medvedev a Evian, su primer desplazamiento a la UE desde el conflicto del Cáucaso, y es una muestra del restablecimiento de las relaciones de Moscú con sus socios europeos.