La Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo (BCE), a los que se unieron los bancos centrales de Inglaterra, Suecia, Canadá y Suiza, se coordinaron ayer para bajar los tipos de interés medio punto porcentual en una inusitada acción conjunta para intentar frenar la crisis financiera.

Ésta es la primera vez que estos organismos adoptan rebajas de tipos de modo simultáneo y conjunto, una medida con la que los tipos de interés en la Eurozona bajarán del 4,25 al 3,75%, mientras que en Estados Unidos el recorte situará el precio del dinero en el 1,5%, frente al 2% que estaba fijado desde el pasado mes de abril.

El Banco de Inglaterra rebajó los tipos hasta el 4,5%, en tanto que el Riksbank (Banco Nacional de Suecia) los recortó hasta el 4,25%; y los de Suiza y Canadá los fijaron en el 2,5%.

A esta acción coordinada se sumó el Banco de China, que aprobó una reducción algo menor (27 puntos básicos), en tanto que el banco central de Japón «expresó su fuerte apoyo a esta política de actuación», aunque no rebajó los tipos.

Aunque hasta ahora en la política del BCE primaba el interés por contener la inflación y se resistía a bajar los tipos, ya se muestra más preocupado por «reducir las tensiones existentes en los mercados financieros» y sus efectos sobre el crecimiento económico. Sólo hace una semana, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, reconocía que se había planteado la medida pero que se descartó para insistir en la lucha contra la inflación. La decisión se suma a las inyecciones conjuntas de liquidez realizadas desde agosto de 2007. Los bancos centrales alegaron que se ha reducido la inflación, principal obstáculo para bajar el precio del dinero, a la vez que destacaron la necesidad de atajar la crisis financiera. «Apoyaremos la estabilidad de precios a medio plazo y el crecimiento sostenido y el empleo a fin de contribuir a la estabilidad financiera», declaró el BCE.

Los tipos de interés en la zona euro han regresado a una cota en la que no se situaban desde mayo de 2007 y han protagonizado su primera bajada desde junio de 2003.

Por su parte, la Reserva Federal explicó que «la intensificación reciente de la crisis financiera ha aumentado los riesgos intrínsecos para el crecimiento y eso a su vez ha disminuido los riesgos para la estabilidad de precios». Insistió en que «la intensificación de las turbulencias del mercado financiero probablemente causarán restricciones adicionales del gasto, en parte porque reducirán la capacidad de los hogares y empresas para obtener crédito».

Los tipos de interés a los que se prestan los bancos a largo plazo apenas reaccionaron a la bajada simultánea del precio del dinero, lo que hace prever un movimiento moderadamente bajista del Euríbor a doce meses.

Aunque esta actuación no tiene precedentes en cuanto al número de bancos centrales implicados, el BCE y la Fed ya había bajado los tipos 50 puntos básicos en coordinación el 17 septiembre de 2001, seis días después de los atentados de Nueva York. A pesar de esta acción extraordinaria, que se suma la sucesión de inyecciones de liquidez, nacionalizaciones, garan- tías para los depósitos y millonarios planes de rescate, las principales bolsas europeas volvieron a hundirse. Cayeron más de un 5% y las mayores pérdidas fueron para la bolsa de París, que se desplomó un 6,31%, seguida de la de Fráncfort, con un retroceso de 5,9%, y Milán, un 5,76%. El mejor comportamiento fue para Madrid y Londres, que se dejaron un 5,2% en cada caso. Mientras tanto, el Dow Jones descendió un 2,06%. Los valores bancarios describieron tendencias dispares, desde la subida del 24,5% del británico HBOS hastas la bajda del 10,7% del Deutsche Bank.

El anuncio de los bancos centrales apenas tuvo efecto durante unos minutos, ya que más que aumentar la confianza, confirmó la gravedad de la situación e hizo regresar el pánico a las bolsas. El Fondo Monetario Internacional no contribuyó a calmar el ambiente al pronosticar que la economía mundial camina al borde de la recesión.

Además, en opinión del FMI, el multimillonario paquete de rescate aprobado por el Gobierno de EEUU ayudará a estabilizar los mercados del país, pero advirtió de que «será necesario un tiempo considerable antes de que las pérdidas de los bancos se reconozcan plenamente, los bancos se recapitalicen, el apalancamiento se reduzca y los mercados recuperen la confianza». Mientras tanto, los gobiernos europeos continúan con acciones extraordinarias para rescatar a la banca del pozo de desconfianza y falta de liquidez. El primer ministro francés, François Fillon, anunció la constitución de una estructura jurídica estatal encargada de intervenir financieramente para ayudar al sector bancario, sobre la base de la intervención pública sobre Dexia.

El Gobierno español reconoció que el fondo de 50.000 millones de euros que destinará a la compra de activos de bancos y cajas elevará la deuda pública prevista para 2009 entre 2,7 y 2,8 puntos, con lo que ésta superará el 41% del PIB.

Italia intervendrá

El Tesoro italiano intervendrá para asegurar que «ningún banco quebrará», según anunció el primer ministro, Silvio Berlusconi, al terminar un Consejo de Ministros extraordinario convocado para afrontar la crisis financiera. La intervención se sustanciará en la compra de acciones del banco afectado por parte del Estado. Gran Bretaña acomete una nacionalización parcial de su banca y el Gobierno alemán reconoció que podría verse obligada a considerar la nacionalización de sus bancos, según su ministro de Economía, Peer Steinbrueck. «Por ahora, no veo necesidad de que el Gobierno se haga con el control de bancos», pero añadió que «esto podría cambiar porque la incertidumbre sobre cómo se desarrollará la crisis es muy alta». Islandia nacionalizará el tercer banco en importancia del país, el Glitnir, un día después de que asumieran el control total sobre el segundo, el Landsbanki.