El Ejército turco exige reinstaurar el estado de sitio en Kurdistán Norte
Haciendo gala de su sempiterna tozudez frente a la realidad, el Ejército turco trata de lograr el aval del Gobierno de Ankara para elevar a categoría legal el estado de sitio que rige «de facto» en Kurdistán Norte. Se escuda para ello en la ofensiva guerrillera del PKK. Una organización dada por muerta tras la guerra sin cuartel, estado de excepción incluido, vigente en aquellas desgraciadas tierras entre 1987 y 2002. Todo apunta a una trágica repetición del error.
GARA |
El todopoderoso Ejército turco exigió ayer la reinstauración del estado de excepción, que rigió en toda la década de los noventa, en Kurdistán Sur en respuesta a la ofensiva guerrillera del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Las medidas, que se aplican de facto en la actualidad, implican la detención sin plazos y los registros sin orden judicial.
La cúpula militar llevó esta exigencia ayer a la reunión del Alto Consejo de Lucha Antiterrorista (TMYK), presidido por el primer ministro, Recep Tayip Erdogan, y que reunió a los ministros de Interior, Defensa y Exteriores, además de al jefe del Estado mayor, general Ilker Basbug, y al jefe de los servicios secretos turcos.
La aspiración del Ejército a dar otra vez cobertura legal a sus amplísimas prerrogativas en el ocupado Kurdistán Sur coincide con un repunte de la ofensiva armada del PKK.
El pasado viernes, una columna de entre 250 y 300 guerrilleros kurdos atacó el puesto de vigilancia fronterizo de Aktütün, dejando un saldo de una veintena de soldados turcos muertos.
Pero la ofensiva no se quedó ahí. Horas antes de la reunión del Consejo de Seguridad Nacional, cuatro policías caían en una emboscada contra un autobús en Diyarbakir, capital del ocupado territorio kurdo. La Policía turca anunció ayer la detención de seis «sospechosos».
Entre 1987 y 2002
La medida exigida por el Ejército turco no es nueva. El estado de excepción estuvo legalmente vigente entre 1987 y 2002 y permitió numerosos y documentados desmanes contra la población kurda. Miles de aldeas resultaron arrasadas.
20 años después -y con varias ofertas de tregua armadas por parte de la guerrilla de por medio-, el PKK sigue activo y con creciente pujanza.
Estas medidas coinciden con la ofensiva judicial para prohibir a la formación kurda DTP, a la espera de una sentencia del Tribunal Constitucional.
Paralelamente, el Gobierno turco estudia establecer una zona tapón con el objetivo declarado de impedir la incursión de la guerrilla desde sus refugios de Kurdistán Sur (Irak).
Tampoco los periódicos bombardeos contra la retaguardia de la guerrilla en las montañas de Qandil parecen haber hecho mella en la capacidad operativa de la guerrilla. Menos aún la fugaz incursión terrestre turca el pasado invierno.
Grupos de defensa de los derechos humanos han alertado de los riesgos de la reinstauración del estado de excepción en Kurdistán Norte.
Ankara espera «comprensión» por parte de la UE a sus medidas «antiterroristas» pese a que vulneran claramente las condiciones para la adhesión.
El Gobierno turco anunció a última hora de ayer que volverá a reunir el martes al Consejo de Seguridad para debatir unas medidas que «no afectarán a las libertades individuales».
El presidente de Kurdistán Sur, Massud Barzani, aconsejó a Turquía que desista en sus planes de instalar una zna tapón en la frontera. «Creo que esto no cambiará la situación. Además, en la práctica no es fácil porque es una región montañosa. Deberían encontrarse otras alternativas para solucionar el problema», apostó.
Tampoco el número dos del Ejército turco, el general Hasan Igsiz, parece muy convencido con esta idea. «No es tan fácil como piensan algunos y su implementación tampoco será fácil. Tendríamos que ocupar el territorio y perderíamos capacidad de movimiento en el sureste», explicó, en referencia al Kurdistán Norte ocupado por Turquía.