IBILIZ IBILI Joxe Granja
Castro Valnera Glaciarismo Cantábrico
Entre Cantabria y Burgos, la Cordillera Cantábrica se hace mayor de edad. El Castro Valnera es la cumbre más elevada (1.718 m.) de un amplio sector, que anticipa ya los altos de Campoo y Picos. Es tan conocida por el montañismo vasco que figura en el catálogo de cimas centenarias, en la zona aneja a Bizkaia. Una serie de barras calizas y areniscas, bastante horizontales, forman su peculiar estructura. Por el lado este, hacia el valle de Lunada, muestra un relieve escalonado. La cara oeste, sin embargo, se corta en un precipicio impresionante de 1.200 metros hasta el valle de Pas. Describiremos una ascensión muy variada por el este, recorriendo primero el valle típicamente pasiego de El Bernacho, y ascenderemos luego por el ancho corredor de La Canal, recuerdo del importante foco glaciar que fue esta montaña en el Pleistoceno.
El Bernacho
En el km 3 de la carretera hacia el puerto de Lunada sale a la izquierda un desvío que baja unos metros. Es la pista que nos dirige hacia el valle del Bernacho. Iniciamos aquí el recorrido (1.020 m.). La primera parte es una travesía casi llana a lo largo de todo este valle, típicamente pasiego. Las cabañas de piedra se reparten por los prados, a la izquierda vemos las caídas de La Cubada Grande, y el Castro Valnera cierra la depresión por el fondo. Al final la pista asciende hacia las últimas cabañas. Debemos tomar un sendero que sale por la izquierda, junto a una curva (1.100 m 0,40 h.). Inmediatamente nos sumergimos en un denso hayedo. La senda asciende y cruza el cauce seco, continuando por la otra margen. Sobre los 1.200 m. el terreno se despeja, apreciándose claramente la morfología glacial de esta canal y el collado. En torno al macizo de Valnera los glaciares llegaron a bajar hasta los 600 m. por el valle del Miera.
Llegamos al Collado (1.448 m. 1,20 h.) entre el Castro Valnera y La Cubada Grande. Nos acercamos a las paredes de la derecha, avanzando unos metros hasta dar con una pequeña brecha por la que continúa la senda de ascenso. Superada la grada que domina el collado, entramos en un piso superior. Esta zona, contrariamente a lo que pueda parecer, es muy peligrosa en invierno, porque la nieve tapa grietas y simas muy profundas. De hecho, aquí se abren algunos pozos abismales, con verticales de casi 200 m., que albergan hielo todo el año. Más arriba, una amplia planicie inclinada sirve de base a los dos puntos culminantes del macizo, que destacan a modo de trapecios cortados. El de la izquierda (1.709) no es el más alto, aunque lo parezca. Debemos enfilar hacia la derecha, cruzando sobre unas grandes placas de roca. Próximos a la última grada, que defiende la cumbre, la rodeamos por la derecha hasta enlazar con la senda del cordal. Trepamos los últimos metros del Castro Valnera (1.718 m. 2 h.). El paisaje es vertiginoso al oeste, con más de 1000 m. sobre las comarcas pasiegas. Al norte se ve el Cantábrico y la bahía de Santander. En los días claros se distinguen los Picos de Europa.
Una buena opción de regreso es seguir por la cuerda hacia el norte, pasando por un par de cotas secundarias, hasta el collado entre el Valnera y el pico de la Miel. Se accede a este último pico (1.573 m 2,50 h) tras remontar una canal herbosa, evidente desde el collado, pero que en invierno puede ser una pala de nieve helada. De vuelta al collado, sólo nos queda bajar por un estrecho sendero hasta las últimas cabañas de El Bernacho, pasando por la derecha de unos peñascos, y evitando el argomal de la izquierda. Luego desandaremos la pista que hemos recorrido a la ida (4,15 h).