A pesar de que la Guardia Civil había pedido que Aritz Azkona y Mikel Jiménez permaneciesen incomunicados en sus dependencias de Madrid, finalmente Fernando Grande-Marlaska decretó su detención comunicada durante tres días, de forma que está previsto que esta mañana comparezcan ante el mismo juez que se negó a recibirles el pasado viernes.

La abogada de la familia comunicó a Jokin Azkona que había podido ver a su hijo el pasado sábado y que se encontraba «agotado y dolorido de la espalda, ya que le obligan a permanecer de pie», pero que «no le habían tocado». La abogada pudo visitar ayer a Mikel Jiménez, que había recibido un trato similar.

Tanto Aritz Azkona como Mikel Jiménez se han negado durante estos días a declarar ante la Guardia Civil, ya que su intención es hacerlo directamente ante el titular del Juzgado de Instrucción número 3 del tribunal especial.

Este juez se negó a levantar la orden de detención contra ellos pese a que ambos jóvenes iruindarras habían mostrado varias veces su disposición a comparecer de forma voluntaria, después de que sus fotografías apareciesen en diversos medios de comunicación bajo la acusación de ser militantes de ETA.

«A Ibai lo martirizaron»

Jokin Azkona no pudo ver a Aritz pero sí pudo visitar ayer en Madrid a Ibai, el hijo que fue trasladado a la prisión de Aranjuez tras permanecer tres días incomunicado en la de Soto del Real.

«Está en el módulo junto con otros cuatro compañeros más y se encuentra bastante animado. Nos ha contado que hasta que, accedió a firmar la declaración que le presentó la Policía, lo tuvieron martirizado, pero no ha querido entrar en detalles porque no quería ni recordar lo que le hicieron», comentó el padre de Ibai nada más finalizar la visita a la prisión junto con otros familiares.

También lamentó que una funcionaria no les había dejado entregarle el bolso con la ropa y otros enseres que le habían llevado desde Iruñea, pero informó de que otros jóvenes vascos con los que comparte módulo le habían facilitado ropa y le habían ayudado muchísimo desde que fuera conducido a esta cárcel.

Este joven fue detenido por la Policía española el pasado 30 de setiembre, en el transcurso de otra redada llevada a cabo en Nafarroa, concretamente en el barrio iruindarra de Iturrama y en Barañain.

Junto a él fueron arrestados Iker Araguas, Gorka Sueskun y Mikel Flamarike. Salvo este último, los otros tres fueron enviados a prisión, donde se les prorrogó la incomunicación tres días más, añadidos a los cuatro que ya habían estado en manos de la Policía española.

Posteriormente, se produjo la detención de cuatro jóvenes más en Iruñerria, que también denunciaron torturas durante su incomunicación en dependencias policiales.

Para protestar contra estas redadas y denunciar las torturas padecidas por estos jóvenes, el pasado sábado tuvo lugar en los barrios de Iturrama y Donibane una manifestación que reunió en la capital navarra a unas 2.500 personas.