Los Mossos protegen a los fascistas y cargan contra quienes protestaban
Los Mossos d'Esquadra cargaron ayer en Barcelona contra la manifestación antifascista que denunciaba la celebración de un acto ultraderechista en Montjuïc con motivo del 12 de Octubre. La Policía autonómica rodeó la movilización antifascista, impidiendo a los asistentes abandonar el lugar. Previamente, desalojaron a los miembros de la izquierda independentista catalana que se habían encadenado el sábado en Montjuïc para impedir el acto fascista.
GARA |
Los Mossos d'Esquadra permitieron que los ultraderechistas españoles celebrasen un acto con motivo del «Día de la Hispanidad» en la plaza de Sant Jordi de Montjuïc (Barcelona) en el que se quemaron esteladas -banderas independentistas catalanas-, mientras que cargó con dureza contra la manifestación antifascista que recorría las calles del barrio de Sants.
Para permitir que la convocatoria de Adelante Cataluña -plataforma fascista en la que se incluye Democracia Nacional- se celebrase, los Mossos desalojaron antes de las ocho de la mañana a la veintena de miembros de la izquierda independentista catalana que en la tarde del sábado se encadenaron a árboles de la plaza de Sant Jordi para impedir que tuviese lugar el acto ultraderechista.
Según informó Alerta Solidària, organismo antirrepresivo de la izquierda independentista, siete de los jóvenes que se encadenaron en Montjuïc fueron trasladados a la comisaría de los Mossos de Les Corts, donde fueron puestos en libertad tras ser identificados.
Los Mossos d'Esquadra también impidieron que la manifestación antifascista que bajo el lema «Res a celebrar (Nada que celebrar)» salió a las once de la mañana de la plaza de Sants pasase del mercado de Hostafrancs.
La Policía autonómica rodeó durante dos horas a los manifestantes, impidiéndoles abandonar el lugar. Esta movilización denunciaba también la complicidad de las instituciones con los grupos fascistas.
Según Alerta Solidària, se registraron cargas policiales tanto al principio como al final de la marcha, provocando heridas de diversa consideración a cinco personas.
En la ciudad de Tarragona, por su parte, unas 400 personas se manifestaron bajo el lema «Nazis i feixistes ni a Catalunya ni enlloc (Nazis y fascistas ni en Catalunya ni en ningún sitio)» frente al acto que el grupo fascista Alianza Nacional celebró en la plaza Imperial Tarraco y que reunió a un centenar de personas, bajo la protección de los Mossos d'Esquadra, que desplegaron un cordón policial formado por más de 150 agentes.
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, volvió a ser abucheado a su llegada al desfile militar que se celebró ayer en Madrid con motivo de la «Fiesta Nacional» española. Los gritos, al igual que en ediciones precedentes, llegaron de la tribuna de familiares invitados, aunque, según la agencia Europa Press, «en esta ocasión tuvieron menos intensidad».
Sin embargo, el presidente del PP, Mariano Rajoy, se convirtió en el centro de la atención mediática después de que el sábado comentara que el desfile era «un coñazo» antes de que comenzara un acto de su partido en A Coruña cuando pensaba que los micrófonos estaban desconectados. Rajoy siguió el desfile con gesto serio e inexpresivo.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, que por primera vez acudía al desfile desde que accedió a este cargo, trató de justificar a Rajoy, señalando que el presidente del PP se reunió hace quince días con la cúpula militar y estuvo conversando tres horas acerca del «carácter innovador y eficaz» del Ejército español.
Además de la bandera española, ondearon las de trece estados miembros de la OTAN, incluida la de EEUU. Su presidente, George Bush, envió una felicitación al rey español, Juan Carlos de Borbón, destacando que el Estado español es «un aliado fiel» y mostrando su esperanza de que las relaciones entre Madrid y Washington mejoren.
Tras el desfile militar, se llevó a cabo un homenaje a los soldados y guardias civiles muertos en «acto de servicio». (Más información en la página 11).
