Kadima y laboristas israelíes firman el acuerdo de Gobierno
Tzipi Livni consiguió convencer a los laboristas para formar una coalición de Gobierno que ella presidirá. Ambas formaciones firmaron ayer el acuerdo. Sin embargo, Livni tendrá que seguir dialogando porque necesita un tercer socio, el partido ultraortodoxo Shas, que rechaza negociar con los palestinos y los sirios y pide más fondos para sus electores. El opositor Likud trata de evitar que el Shas se sume a la coalición.GARA |
Las formaciones Kadima y Partido Laborista firmaron ayer un acuerdo para formar Gobierno en Israel, según informó el diario «Haaretz», que destacó que fueron necesarias 18 horas ininterrumpidas de conversaciones.
El dirigente del Partido Laborista y ministro de Defensa, Ehud Barak, aceptó la oferta presentada por la líder del Kadima y actual ministra de Exteriores, Tzipi Livni. Sin embargo, Barak exigió que se incluyeran limitaciones en las actividades del ministro de Justicia, Daniel Friedmann.
En el acuerdo entre ambos partidos se incluye, además, tras la petición laborista, un incremento de las pensiones para los jubilados, aunque sin romper el techo fijado por el Presupuesto, una cuestión que Livni considera sustancial.
Buscando al Shas
Sin embargo, el Partido Laborista se declaró preocupado por la posibilidad de que el partido ultraortodoxo sefardí Shas no se una a la coalición de Gobierno, lo que dejaría al Ejecutivo en minoría en la Knesset (Parlamento) y le impediría funcionar a largo plazo. Por ello, los laboristas consideran imprescindible que el Shas se sume al Gobierno para garantizar su estabilidad y continuidad.
Livni se reunió el domingo de manera privada con líder del Shas, el ministro de Industria, Comercio y Trabajo, Eli Yishai, para tratar la exigencia de que «el estatus de Jerusalén como capital indivisible del Estado de Israel» no se ponga en la mesa de negociaciones con la Autoridad Palestina. Esta demanda puede ser asumida por Livni, ya que en ninguna de las conversaciones que el Estado de Israel ha mantenido con la Autoridad Palestina se ha tratado esta cuestión.
Por otro lado, el partido Likud rechazó ayer el llamamiento de Livni a unirse al futuro Gobierno de coalición. Su líder, Benjamin Netanyahu, acusó a la dirigente del Kadima de «eludir la voluntad de la población» al no convocar elecciones generales anticipadas.
Maniobras del Likud
En su intento de forzar unos comicios en los que las encuestas le dan como favorito para la victoria, Netanyahu movió ayer ficha y se reunió con el líder espiritual de los sefardíes ortodoxos, el rabino Ovadia Yosef, a quien le instó a no unirse a la coalición entre Kadima y el Partido Laborista. El apoyo parlamentario del Shas es imprescindible para que el Gobierno mantenga la mayoría necesaria en la Knesset.
Al parecer, Netanyahu le explicó lo importante que es que el Shas «se abstenga de participar» en un Ejecutivo encabezado por Livni, aunque el partido ultraortodoxo aún no ha dado su respuesta oficial a esta demanda, según informó el diario «Yedioth Ahronoth».
Además de su demanda de que no se incluya Jerusalén en las negociaciones con la Autoridad Palestina, el Shas exige al Kadima que se incrementen las ayudas a la infancia. Este aspecto es de capital importancia para el electorado ultraortodoxo, generalmente formado por familias numerosas. Livni se opone a cualquier desviación respecto a los presupuestos del Estado, especialmente en un momento de crisis financiera.
Por su parte, el parlamentario del Likud Gilad Erdan subrayó que si el Shas se une al Gobierno de Livni y Barak realizará «el último acto de traición contra sus electores», al considerar que este Ejecutivo está dispuesto a entregar los altos del Golán a Siria y el este de Jerusalén a la Autoridad Palestina. Ambos territorios fueron ocupados en 1967.
Cuando se han cumplido quince años de los Acuerdos de Oslo, la mayoría de los palestinos (41%) considera que fueron perjudiciales para los intereses nacionales, frente a un 20,4% que los califica de positivos.
Hamas ha elevado sus demandas a Israel para liberar al soldado Gilad Shalit, capturado en 2006, a cambio de la puesta en libertad de presos palestinos, según «Haaretz». Hamas ha incluido a presos a los que se les imputan «delitos de sangre».
El todavía primer ministro israelí, Ehud Olmert, ordenó ayer a la Policía actuar con severidad para sofocar los enfrentamientos entre la comunidad judía y la palestina [árabes, según la denominación oficial israelí] que se registran en San Juan de Acre (Akka), según informó Prensa Latina.
Esta ciudad de Galilea, al norte de Estado de Israel, es una de las pocas en las que viven judíos y palestinos. Un tercio de sus 45.000 habitantes es palestino, un porcentaje que se eleva al 70% en el distrito del Casco Viejo. La ciudad fue bautizada con este nombre por los cruzados cristianos que la ocuparon en el siglo XII.
Los incidentes comenzaron el pasado jueves, cuando los judíos, que celebraban la festividad del Yom Kippur o Día de la Expiación, agredieron a un conductor palestino al considerar que había entrado en el barrio hebreo haciendo demasiado ruido con el coche.
Muchas viviendas, vehículos y escaparates de centros comerciales quedaron severamente dañados por el lanzamiento de piedras, mientras que al menos tres inmuebles propiedad de familias palestinas fueron incendiados por judíos.