El presidente de Bolivia, Evo Morales, encabezó la multitudinaria marcha hacia La Paz para demandar al Congreso Nacional que convoque el referendo para que sea aprobada la nueva Constitución.

En la localidad de Caracollo, en el departamento andino de Oruro, a casi 200 kilómetros de La Paz, Morales participó en la marcha durante algunos kilómetros, seguido de miles de sindicalistas y campesinos que quieren llegar caminando en una semana. El presidente subrayó que se trata de «una marcha pacífica, histórica, democrática y no de presión», con la que quieren «persuadir al pequeño grupo de opositores que permanentemente impiden la transformación profunda de Bolivia».

Investigar la corrupción

Subrayó también que la nueva Constitución, pendiente de su aprobación en referéndum, permitirá investigar con carácter retroactivo a las «fortunas sospechosas o mal habidas» y a los ex gobernantes o parlamentarios que «robaron». «Los corruptos deben temblar», advirtió.

En este sentido, Morales resaltó que la investigación de casos de corrupción y la supresión de la inmunidad parlamentaria son «avances profundos» recogidos en el proyecto constitucional, que choca frontalmente con los intereses de los gobernadores liberales y terratenientes.

El Tribunal Constitucional dictaminó que la consulta no se puede celebrar hasta que sea votada en el Congreso. Cabe destacar que el Senado está en manos de las oposición.