Crisis. ¡Qué crisis!
IIratxe FRESNEDA
Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual
Estados Unidos ostenta una deuda nacional que sobrepasa los 9 billones de dólares, Islandia hace aguas y por aquí se va notando. Las medidas, en general, y tal y como dice la acertada viñeta de El Roto, son; «¡El capitalismo se hunde! ¡Los banqueros y los ricos primero!». De aquellos barrillos sobre cracks acerca de los prestamos hipotecarios hasta los lodos de una crisis que comienza a ensuciar. Eso sí, siempre a los mismos. Y de la vida real al cine porque, ante las barbaridades financieras llevadas a cabo por los sucesivos ejecutivos norteamericanos, qué mejor que denunciarlo con una película.
Esta semana se estrenaba en el festival de Sundance el documental I.O.U.S.A de Patrick Creadon. El realizador plasma en la cinta la crisis fiscal que asola su país explorando las consecuencias de la creciente deuda federal estadounidense sobre sus ciudadanos. Basándose en el éxito de ventas del New York Times «Empire of Debt», escrito por William Bonner y Addison Wiggin, y en los discursos del interventor general David Walker sobre los diversos déficits estadounidenses, en la cinta Creadon persigue con su cámara al interventor general durante su recorrido por todo el país exhortando al pueblo a reinar en los descontrolados gastos de Washington. Alternando material de archivo, datos económicos y entrevistas con el gurú de la inversión Warren Buffet y el ex secretario del Tesoro Paul O'Neill, la cinta trata de desmitificar los complejos principios económicos y la política fiscal del Gobierno de cara a las próximas elecciones. Cine y crisis. El cine y Wall Street. Precisamente se prepara una secuela de la película del mismo nombre, en la que Oliver Stone plasmaba la esencia del capitalismo más salvaje. «Wall Street» retrató con notable éxito la vorágine que se vive en el mercado de Nueva York y que además supuso un Oscar para la interpretación de Michael Douglas. Y aunque las comparaciones sean odiosas, estos días no han hecho mas que acordarse del crack bursátil de 1929. Aquella caída sumió a los Estados Unidos en la mayor depresión económica de toda su historia. «Las Uvas de la Ira», de John Ford, basada en la novela de John Steinbeck, hablaba precisamente de la repercusión de aquella crisis en las clases menos pudientes, en este caso unos humildes granjeros. Podríamos seguir con «Glengarry Glen Ross», de James Foley, pero imagino que tras el visionado de tantas historias sobre miserias morales y económicas suframos en propia carne la crisis, o una (gran) depresión.