Maite SOROA | msoroa@gara.net
La paranoia de los estrategas
En «Libertad Digital» publica, de tanto en cuando, sus análisis el intitulado GEES (Grupo de Estudios Estratégicos), asesor de Aznar. Para que se hagan una idea.
Ahora les ha dado fuerte por alarmar al personal por la presencia de ANV en los ayuntamientos y empieza con una sentencia: «ANV es el camino natural de entrada en los comandos terroristas». Y ¿cómo lo justifican los del GEES? Pues muy sencillo: mintiendo. Lean, lean: «Varios de los fugados en las operaciones policiales contra el aparato institucional y político de ETA de los últimos meses -responsables, candidatos e integrantes de las listas de ANV ilegalizadas- han pasado ya a Francia para integrarse en la estructura criminal etarra». Se refieren a los dos jóvenes que se presentaron voluntarios en la Audiencia Nacional y que Marlaska mandó detener.
Después de citar Arrasate, Elorrio, Azpeitia... llegan a lo sustancioso: «otros pueblos constituyen auténticas ratoneras para los constitucionalistas -genuinos disidentes políticos-, y los ayuntamientos constituyen instrumentos directos de y para ETA. Goizueta, Arbizu, Isasondo, Anoeta o Aulestia son agujeros negros de la democracia, usados por y para el terror, olvidados por la opinión pública». Y lo que sigue, no se lo pierdan: «De ellos, ETA recibe una sustanciosa aportación económica, que sirve para liberar activistas en el marco legal, lo que permite a la banda descargarse de los gastos relativos a la agitación, la propaganda y la desestabilización social e institucional. Permiten a ETA concentrar su dinero en los comandos y dejar lo demás a la financiación pública». No sé yo si los presupuestos municipales de Aulestia o Anoeta dan para tanto. ¿No les parece?
En su delirio, aseguran que «desde los ayuntamientos ETA mantiene su capacidad de control social, económico y político, a través de censos, impuestos y bases de datos. Sus ayuntamientos son una fuente incesante de datos para la banda, tanto sobre los ciudadanos como sobre las fuerzas de seguridad. Así tiene acceso desde a datos sobre impuestos de sociedades hasta a matrículas de coches y residencias de vecinos. Toda esa información va a parar en última instancia al fichero de ETA». Lo que está claro es que cuando se les puede votar, la ciudadanía les ofrece su confianza. Y a los del GEES no.