John McCain se reunió en 1985 con el dictador chileno Augusto Pinochet
El aspirante republicano a la Presidencia estadounidense, John McCain, viajó en 1985 a Santiago de Chile, donde se reunió con el dictador Augusto Pinochet, según dos documentos recientemente desclasificados. Los asesores de campaña de McCain, quien públicamente ha criticado la idea de «reunirse con dictadores sin condiciones previas», admitieron el encuentro después de que éste hubiera trascendido a la opinión pública.
GARA |
El encuentro entre el republicano John McCain y el dictador chileno Augusto Pinochet en diciembre de 1985 fue hecho público por John Dinges, especialista en América Latina y autor de varios libros, entre ellos «La Operación Cóndor: Una década de terrorismo», y difundido por BBC Mundo.
«Es paradójico -señaló Dinges a BBC Mundo- que el candidato que ha criticado severamente la idea de reunirse con dictadores sin condiciones previas parece que ha hecho justamente eso».
Según unos documentos recientemente desclasificados y hallados por Dinges y publicados el viernes en el blog Huffingtonpost.com, el viaje a Santiago de Chile fue organizado por el entonces embajador de Chile en EEUU, Hernán Felipe Errázuriz, quien lo describió como un congresista conservador muy cercano a nuestra embajada».
Los responsables de campaña de McCain, que admitieron que aquel encuentro se celebró, respondieron a lo manifestado por Dinges indicando que es muy diferente que «un joven congresista se reúna de manera privada con un dictador, a que un presidente sostenga un encuentro sin condiciones con dictadores».
El director de Seguridad Nacional y Política Exterior de su campaña, Randy Scheunemann, añadió que «no hay que olvidar que John McCain fue uno de los legisladores republicanos clave que apoyaron la transición democrática en Chile, y que además lideró varias iniciativas legislativas que ayudaron a que se llevaran a cabo las elecciones que acabaron con el mandato de Pinochet».
La reunión tuvo lugar el 30 de diciembre de 1985 y se prolongó durante 30 minutos, aunque no ha trascendido mucho de aquel encuentro. En su momento, McCain dijo que el encuentro fue privado y no oficial y lo poco que se conoce es gracias a un cable, ahora desclasificado, enviado por la embajada estadounidense en Santiago de Chile.
«Según ese documento, McCain describió la reunión como amistosa y, por momentos, cálida. El tema principal fue la lucha contra el comunismo y el senador por Arizona dijo que Pinochet estaba obsesionado con la amenaza del comunismo», explicó Dinges. El documento desclasificado agrega que «McCain dijo que hablar con Pinochet era similar a hablar con el jefe de John Birch Society (una organización de derecha que luchaba contra el comunismo)».
Dinges manifestó que no hay registro de que en aquel encuentro se hablara de violaciones de derechos humanos ni de que McCain aprovechara su viaje para reunirse con representantes de la oposición, pero apuntó que otros congresistas que viajaron a Chile con posterioridad, como Edward Kennedy, hicieron declaraciones públicas contra la dictadura.
Una seguidora de McCain en un intento de comprometer a su rival, Barack Obama, reconoció haber declarado en falso a la Policía que un negro le había atacado y grabado la letra «B» en la mejilla, informaron fuentes policiales.
La candidata republicana a la Vicepresidencia de EEUU, Sarah Palin, prestó el viernes declaración durante dos horas en el marco de una investigación judicial que se lleva a cabo en Alaska por acusaciones de abuso de poder durante su gestión como gobernadora de ese Estado.
Palin hizo un alto en su campaña por los estados de Pensilvania y Missouri para testificar. Fuentes judiciales indicaron que ella respondió a las denuncias de que violó normas éticas al permitir que cuestiones familiares interfirieran en sus funciones. Esas denuncias se refieren, en concreto, a su decisión de despedir a un comisario de seguridad pública de Alaska que se negó a despedir al ex cuñado de Palin, policía estatal, envuelto en una demanda de divorcio con su hermana.
Sarah Palin aseguró que el interrogatorio fue «una oportunidad para tener una revisión imparcial independiente de los hechos. No me disculpo -añadió- por querer proteger a mi familia y por denunciar la injusticia de que un agente continuara utilizando su placa policial». Insistió, además, en que tenía plenas facultades legales para despedir al comisario y que su ex cuñado era una persona inestable que había amenazado a toda la familia.
