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La mejoría en el juego no impide la tercera derrota consecutiva

Recker se estrelló en la misma cancha que lo vio brillar hace dos temporadas. El partido se le hizo muy largo al conjunto vizcaino.

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Arnaitz GORRITI | BILBO

Perder es perder. Siempre. Difícilmente caben matices. Iurbentia Bilbao Basket cayó ante CB Granada mostrando otra cara bien distinta que en las dos ocasiones anteriores. No obstante, el 74-71 final no puede ocultar que, por primera vez en más de un año, el conjunto de Txus Vidorreta se encuentra con valoración negativa, con dos victorias y tres derrotas después de cinco jornadas.

Los triples fueron la clave de la derrota bilbaina en la cancha nazarí. Por un lado, los hombres de Trifón Poch tuvieron la muñeca bien caliente, y asestaron una tras otra hasta trece puñaladas -de 26 intentos, un 50% más que interesante- más allá de la línea de los 6,25 metros. Casualmente, los granadinos anotaron una canasta de dos menos. Por contra, el porcentual triplista de los de La Casilla fue, acorde a lo que viene siendo hasta la fecha, pobre. En total, siete aciertos de 22 lanzamientos.

Y si hubo algún jugador que sufrió en carne propia la batalla del lanzamiento, no fue otro que Luke Recker. El escolta de Ohio, quien hace dos años explotara para la Liga ACB guiando a Bilbao Basket a una inesperada victoria después de anotar ocho lanzamientos triples, se estrelló en la misma cancha que lo había visto brillar. Con triples que ni siquiera tocaron el aro, seguidos de otros que se salieron tras rondar por él, marcó un horrible cero de seis en el lanzamiento lejano. Para más inri, su única canasta llegó con el reloj casi a cero, cuando la derrota era ya un hecho. Aun así, el tirador estadounidense no debe agachar la cabeza -ayer acabó abatidísimo- y debe seguir la máxima de los jugadores de su estirpe: para un tirador, fallar significa que hay que volver a lanzar.

Cansancio

Por otro lado, otro de los problemas que aquejaron al Iurbentia Bilbao Basket fue el cansancio; en particular, fue Javi Salgado quien más lo notó. El base de Santutxu, como es habitual en él, asumió el mando del juego bilbaino y absorbió muchos minutos en ausencia de Blums, y los jugó a gran nivel. No obstante, en el último cuarto las piernas le pesaron en demasía, sobre todo en la faceta defensiva. Por contra, Seibutis únicamente disputó 13 minutos, coincidiendo en muchos casos con el bilbaino.

El CB Granada buscó la vía del tiro lejano desde el principio, fruto de una defensa poco intensa de los de Vidorreta. Cuando los hombres de negro apretaron atrás en el segundo cuarto, dejaron en seis puntos el bagaje ofensivo nazarí, de modo que se llegaba al ecuador con ventaja visitante por 32-36.

Pese a que los de Trifón Poch jamás se descolgaron del juego, los de La Casilla pudieron despegarse en el marcador tras el descanso, pero les faltó la debida tranquilidad y, con ello, los locales volvieron a engancharse al marcador. En los últimos minutos el partido fue un cara o cruz que se decidió a favor de los granadinos debido a su impresionante racha en el tiro, especialmente Hunter.

De cualquier manera, el cuadro vizcaino puede ver con mayor optimismo el futuro, máxime cuando sus próximas citas las jugarán en su feudo.

Vidorreta mira el lado positivo del partido y de Recker: «Es uno de los nuestros»

Triste, pero no tan enojado como en otras ocasiones, Vidorreta subrayaba el «ritmo» que había tenido el choque de ayer. Y pese al dolor de la derrota, el técnico de Indautxu quiso constatar que su equipo «ha dado muchos pasos adelante».

«En el tercer cuarto hemos tenido una oportunidad de escaparnos, pero varias bandejas que hemos fallado y dos tiros libres han hecho que Granada se volviera a meter. Al final, ellos han anotado tiros clave que a nosotros se nos han salido. Sin embargo, respecto a otros partidos, hemos dado varios pasos adelante», dijo.

Preguntado por Recker, Vidorreta se mostró confiado. «Luke está hecho polvo, pero él es de uno de los nuestros y se que volverá».

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