Peres abre oficialmente la vía para las elecciones anticipadas en Israel
GARA |
El presidente israelí, Shimon Peres, abrió ayer oficialmente la puerta a las elecciones anticipadas, tras admitir el fracaso de la líder del Kadima, Tzipi Livni, a quien encargó la formación de Gobierno tras la dimisión del primer ministro, Ehud Olmert, debido a las acusaciones de corrupción a las que debe hacer frente.
Peres envió una carta a la Presidencia de la Knesset (Parlamento) en la que señala que tras consultar con todos los representantes de los partidos no ve «posibilidad de formar un Gobierno».
Según la legislación israelí, a menos que los diputados puedan acordar en las tres próximos semanas una fecha para los comicios, el Parlamento deberá decidir su propia disolución y las elecciones tendrán lugar 90 días más tarde.
El domingo, Livni se dio por vencida ante la imposibilidad de formar Gobierno y reclamó que se convocasen elecciones lo antes posible.
«En los próximos días, Israel se va a enfrentar a una campaña electoral crucial», declaró Peres en la apertura de la sesión invernal de la Knesset.
En este sentido, el presidente israelí mencionó los retos a los que tendrá que hacer frente el Estado de Israel, entre los que citó las cuestiones de seguridad, el conflicto con los palestinos, la situación económica y los problemas sociales.
Estas cuestiones ya han sido citadas por las tres principales formaciones que concurrirán a estos comicios, el Kadima, el Likud (actualmente en la oposición) y el Partido Laborista, en los ejes de sus programas.
Bush, con Annapolis
En este contexto electoral y cuando queda sólo una semana para las presidenciales en EEUU, la Administración de George Bush anunció que continuará con el proceso de negociaciones de Annapolis.
Livni, que ha participado directamente en las conversaciones con la Autoridad Palestina, dejó entender que continuará con la línea marcada por Olmert, que seguirá al frente de un Gobierno de transición hasta las elecciones.
De este modo, Livni dice haber renunciado a anexionarse Cisjordania y aceptar la creación de un Estado palestino independiente. Sin embargo, los hechos desmienten las «buenas intenciones», ya que durante el Gobierno de Olmert ha continuado la colonización sionista de Jerusalén y de amplias zonas de Cisjordania.
Sin embargo, el limitado proceso de Annapolis será utilizado como arma arrojadiza por el Likud de Benjamin Netanyahu, que acusa al Kadima de querer dividir Jerusalén para entregársela a los palestinos.