Protagonistas de cuerpos esculpidos y musculados, de grandes y vistosos ojos que destacan en un rostro ovalado... y nada japonés. Argumentos con mensajes moralistas, con cuestiones como el debate entre la tecnología y la ecología de fondo. Romanticismo, mucho, entre pelea y pelea. Y nada de aburrirse, porque necesitamos adrenalina en las butacas. «Appleseed: Ex Machina» (2008), de Shinji Aramaki, cumple estas normas. La película, que se proyecta hoy (22.30 h., en el Teatro Principal) y mañana (Victoria Eugenia, 19.45 h.), es la secuela de su anterior «Apleseed» (2004), que, a su vez, está basada en los personajes y las historias de Shirow Masamune, todo un clásico del manga.

La historia se localiza en el año 2135, dos años después de que una guerra dejase al mundo sumido en la desesperación, en Olympus, una ciudad-estado utópica gobernada por Gaia, una inmensa inteligencia artificial. Allí conviven humanos, bioroides (clones cuyo ADN ha sido alterado para eliminar los estados emocionales) y cyborgs. La heroína es una mujer, Deunan Knute, una veterana de 24 años de las fuerzas especiales. Su compañero, un cyborg al que ama, y el tercero en discordia su clon bioroide. En resumen: los malos quieren acabar con la paz de forma expeditiva. No lo consiguen, por supuesto.

Shinki Aramaki estuvo ayer en Donostia para apoyar su película, en un festival que está mimando especialmente al anime por medio de un ciclo específico, que arrancó ayer en el Victoria Eugenia (incluso hay anime erótico y un libro sobre la animación japonesa). Además, Japón ha adquirido un especial protagonismo en la sección principal -cuatro largomentrajes a concurso, incluido el de Aramaki-, así como por la vistosa exposición dedicada a Tomoo Haraguchi, el director y especialista en efectos especiales de maquillaje japonés (sala de Actividades de la Biblioteca Municipal, hasta el día 22).

Shinji Aamaki demostró ayer su sentido del humor. Con una larga carrera a sus espaldas, en la que ha hecho desde dibujos de ordenador hasta diseño gráfico, este cineasta «criado» en los viejos tiempos de la animación clásica dijo que intenta mantener el equilibrio: sin abandonar el aspecto de manga clásico, pero trabajando con las nuevas -y espectaculares- técnicas que utiliza el dibujo por ordenador, incluso con animación 3D. Aunque reconoció que «los espectadores en Japón no saben muy bien cómo asimilar este tipo de animación», no se mostró pesimista sobre el futuro de este nuevo sistema, aunque tiene en su contra su mayor costo y que «cada vez hay menos dibujantes de anime tradicional».

¿Y porqué las que mandan en Olympus son todas mujeres?: «Porque es así en el manga original, y además, cuando hay tanto trabajo que hacer día a día (dibujarlas), prefiero estar viendo a mujeres». Humor ante todo. Por cierto, que esta Semana permite ver las películas en versión original subtitulada. El anime, en japonés es lo máximo.