Es difícil coincidir plenamente con las decisiones de un jurado en materias que tienen mucho de subjetividad y de apreciación personal, pero, en el caso de la 40 edición del Certamen Coral de Tolosa, no es que no coincidamos, sino que discrepamos totalmente de la decisión tomada respecto del coro ganador del concurso. En conjunto, y escuchados el resto de participantes, el coro letón Kamer Koris estaba a muchas leguas de distancia de los demás, incluyendo a los absolutos ganadores Cantemus Mixed Choir. Al parecer, los letones fueron penalizados con diez minutos por no llegar, por dos minutos, al tiempo mínimo exigido, al menos en la modalidad de Polifonía. Se entiende que las bases han de respetarse escrupulosamente, pero es más difícil de comprender que un incumplimiento formal dé como resultado un premio a una agrupación digna, correcta, incluso sólida, pero que, comparativamente, era manifiestamente inferior.

Pero, vayamos por partes. En la modalidad de grupos vocales, tanto en música profana como en sacra, los estadounidenses The Antioch Chamber Ensemble mostraron de nuevo en la gala de clausura su bonito empaste de voces, su buena técnica y su swing. Estaban bastante por encima de sus competidores. En coros infantiles, los checos Prague Philarmonic Children's Choir mostraron un trabajo sólido, aunque tampoco desmerecieron en absoluto quienes quedaron en segunda posición ex aequo: Vdokjnovenije, de Rusia, y Leioa Kantika Korala, con una calidad realmente destacable y exportable.

Los problemas de apreciación aparecieron en voces mixtas, tanto en la modalidad de polifonía como en la de folklore. La agrupación letona está a años luz del resto de participantes, pero tuvo que conformarse con un segundo puesto en ambas modalidades. Este coro, dirigido por Maris Sirmais, dio lecciones de sutileza, de precioso empaste de voces, logrando efectos vocales y de armónicos dificilísimos de conseguir. En cuanto a los húngaros del Cantemus Mixed Choir, aunque en voces mixtas hicieron mucho mejor papel que en su versión reducida de grupos vocales, no deja de ser un coro sólido y digno, pero que no pasa esa barrera a partir de la cual se sorprende al auditorio. Lo curioso es que este coro recibió además el Gran Premio Kutxa, el premio a la mejor interpretación de una obra vasca y la nominación para el Gran Premio Europeo de Canto Coral que tendrá lugar el año que viene en Tours (Estado francés). Al menos Letonia se llevó el premio del público, y los bravos de los que allí estábamos. Algo es algo.