Azerbaiyán y Armenia, que se disputan el control del enclave de Nagorno Karabaj, acordaron ayer buscar una «solución pacífica» a este conflicto con el objetivo de «llevar la estabilidad» al Cáucaso, seriamente cuestionada también por la guerra de Osetia.

Los presidentes armenio, Serge Sarkissian, y azerí, Ilham Aliev, firmaron una declaración conjunta con el presidente ruso, Dimitri Medvedev, tras las entrevistas que mantuvieron en la residencia de campo de este último, cerca de Moscú, mostrando así su voluntad de diálogo.

«Conviene que tranquilicemos la situación en el sur del Cáucaso y que restablezcamos la estabilidad y la seguridad mediante una regulación política del conflicto de Nagorno Karabaj basada en las normas del derecho internacional», declaró Medvedev, que consiguió un importante éxito para afianzar su posición en esta estratégica región frente a rivales como Georgia.

Sarkissian y Aliev «se han puesto de acuerdo para continuar con su trabajo, incluidos los contactos al más alto nivel, con el objetivo de lograr una solución política al conflicto de Nagorno Karabaj», añadió Medvedev.

«Han encargado a sus ministros de Exteriores que activen el proceso de negociación, en cooperación con los copresidentes del Grupo de Minsk», explicó el presidente ruso.

El Grupo de Minsk, creado por la OSCE, reúne a Rusia, EEUU y el Estado francés y lleva diez años realizando trabajos de mediación para intentar buscar una salida política a la crisis.

Armenia y Azerbaiyán «están de acuerdo en el hecho de que una solución política debe tener garantías internacionales jurídicamente vinculantes en todos los aspectos y en todas las etapas», agregó Medvedev.

Territorio en disputa

Los independentistas armenios tomaron el control de Nagorno Karabaj, un territorio montañoso de 150.000 habitantes situado en Azerbaiyán pero poblado mayoritariamente por armenio. En la década de 1990 fue el escenario de un conflicto armado que provocó cerca de 30.000 muertos.

A pesar del alto el fuego suscrito en 1994, Bakú y Ereván no han llegado a un acuerdo sobre el estatus del territorio y los enfrentamientos han sido frecuentes desde entonces.

Azerbaiyán desea recuperar Nagorno Karabaj, mientras que Armenia, que controla el territorio de facto, reclama que se instaure la más amplia autonomía posible.