Maratón de Nueva York
Radcliffe vuelve a consolarse en la Gran Manzana
La plusmarquista mundial se apunta su tercera victoria tras dominar la carrera desde el principio.
Miren SÁENZ | DONOSTIA
Dos días antes de la celebración de las elecciones estadounidenses, Nueva York asistió al tercer triunfo de Paula Radcliffe en su multitudinario maratón. Vestida con una diminuta camiseta fucsia y un pantalón negro -el único detalle en su indumentaria acorde con las frescas temperaturas fueron unos guantes blancos- se dio un baño de masas aprovechando que el grupo de mujeres de élite toma la salida antes que los hombres.
Así que la inglesa captó la atención del público congregado bajo un cielo despejado, a lo largo de esos 42,135 kilómetros que atraviesan los barrios neoyorkinos, para entrar en solitario en Central Park en 2h.23:56.
Un par de días después de probarse con éxito en las 10 millas de Great South Run en Portsmouth, Radcliffe cruzó el charco para sumar su tercera victoria tras las conseguidas en 2004 y 2007. La inglesa logra en los grandes maratones privados lo que se le resiste en los Juegos Olímpicos. Tres meses después de terminar la 23 en la cita de Beijing, a donde llegó algo tocada por una inoportuna lesión en los meses previos de la que no terminó de recuperarse a tiempo, volvió a sentirse a sus anchas lejos de los calores de los veranos griegos y chinos. Y eso que el viento, el mayor temor de los maratonianos, endureció las condiciones del recorrido.
Plusmarquista mundial de la distancia desde 2003 con una marca prodigiosa de 2.15:25, Nueva York no es lugar para hazañas de esa magnitud pero, aún y todo, Radcliffe tiró del grupo desde la salida para evitar desagradables sorpresas. Sólo Ludmila Petrova aguantó sus exigentes ritmos hasta el kilómetro 35. Después se fue en busca de la meta y de su hija Isla, que, con casi dos años, fue como el año pasado la primera en felicitarle encaramada a su madre nada más romper la cinta.
Fue entonces cuando la rusa empezó a disfrutar de su segunda posición porque uno segundos después entró Kara Goucher, una debutante en la distancia que no paraba de estrechar manos a su llegada. Desde hace 14 años no se veía a una estadounidense en el podio y eso que para subir, Goucher superó a experimentadas de la disciplina como la keniata Catherine Ndereba, la etíope Gete Wami o la rumana Lidia Simon.
Radcliffe bromeó concluida la tarea: «Las otras veces el final ha sido más apretado, así que como he llegado dos minutos antes que la segunda mi marido ha estado más tranquilo».
También reconoció como un honor «haber llegado a un tercio del palmarés de Grete Waitz», la noruega que mantiene el récord de victorias en la Gran Manzana con nueve triunfos. No fue la única que se apuntó al tres. El australiano Kurt Fearnley y la suiza Edith Hunkeler también celebraron sobre el podio sus respectivas terceras victorias consecutivas en silla de ruedas.
Veteranas al poder
Si Paula con 34 años una edad perfecta para el maratón tal y como siguen demostrando los ilustres -Gebreselassie volvió a rebajar su récord mundial el pasado setiembre en Berlín y con 35 años corrió en 2.03:59- lograba una victoria inapelable, la rusa Petrova a los 40 se situaba en segunda posición.
Más argumentos para la incansable fondista británica que ya piensa en una nueva oportunidad olímpica que a ella podría llegarle a la edad de 38 años. En Londres'2012, en casa, confía en cumplir un sueño que persigue desde la infancia. Mientras llega el momento, engorda su cuenta bancaria y su palmarés en los grandes maratones.
El vencedor en 2006 reivindicó su trabajo: «Esta es la prueba de que la primera vez no gané por una cuestión de suerte. Me he preparado mucho y el público me ha animado». El brasileño compareció en la línea de salida con guantes, manguitos e incluso gorro de lana e hizo una carrera en progresión para acabar imponiéndose en los tres últimos kilómetros con un tiempo de 2h08:43.
Su víctima fue el marroquí Abderrahim Goumri, que tras descolgar al carioca se sintió falto de fuerzas cuando entraba en Central Park. Goumri volvió a ser segundo, como el año pasado en Nueva York y Londres, y se tuvo que rendir a la evidencia mientras Gomes dos Santos no podía evitar mirar atrás para comprobar si el marroquí se había recuperado.
El keniata Daniel Rono completó el podio, justo por delante de su compatriota Paul Tergat, quien con 39 años no corría un maratón desde Londres.
Ellos encabezaron a los cerca de 40.000 corredores que entre los 100.000 aspirantes consiguieron hacerse con un dorsal. La prueba repartió 600.000 dólares en premios y se calcula que fue seguida por 315 millones de telespectadores. GARA