Los censados en la circunscripción escocesa de Glenrothes acudieron con normalidad a votar con motivo de los comicios parciales convocados tras la muerte del diputado John MacDougall y que servirán para probar el alcance de la recuperación de popularidad del primer ministro británico, Gordon Brown, tras su protagonismo en la reacción a la crisis financiera. Brown tenía la oportunidad de poner fin a la sucesión de cuatro derrotas sufridas por el laborismo desde que asumió el poder en junio de 2007. Los sondeos auguraban una lucha apretada entre el Partido Laborista y el independentista escocés SNP, que gobierna en Escocia.