El huracán «Paloma» se esfumó sobre el este de Cuba sin causar víctimas pero sí numerosos destrozos. El primer vicepresidente cubano, José Ramón Machado Ventura, confirmó que no hay muertos y que los mayores daños los sufrieron cientos de viviendas.

«Fuertes vientos de altura rompieron en pocas horas la estructura vertical del huracán, a lo que se sumó la acción propia de su paso sobre tierra», explicó el Instituto de Meteorología sobre la imprevista disolución de «Paloma» poco antes de llegar a la isla.

Añadió que el huracán, el tercero en llegar a Cuba en diez semanas, azotó la provincia de Camagüey con categoría tres en la escala Saffir-Simpson, de un máximo de cinco.

El ojo tocó tierra cerca del puerto de Santa Cruz del Sur, que había sido evacuado totalmente.

En ese mismo pueblo, de menos de 10.000 habitantes, murieron el 9 de noviembre de 1932, 3.000 personas por los efectos del ciclón más violento que recuerdan en la isla.

Aparte de la destrucción de 400 viviendas, hubo inundaciones en áreas costeras y desbordamiento de ríos. Varios cultivos resultaron dañados y algunos pueblos quedaron aislados por puentes derrumbados.