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Floren Aoiz www.elomendia.com

El viaje que EA no quiere hacer

Las distancias que EA ha decidido marcar con respecto a esa estrategia «pactista» son un margen de maniobra para otras complicidades. Difíciles ahora mismo, puede que incluso imposibles a corto plazo, pero que pueden ser muy interesantes para un futuro puede que no tan lejano

La dirección de EA ha decidido no reeditar la coalición con el PNV en las próximas elecciones al Parlamento de Gasteiz. Las interpretaciones de esta resolución han sido, como era de esperar, diversas y contradictorias, pero las declaraciones de Ziarreta y otros líderes de EA, con la salvedad de la Ejecutiva de Gipuzkoa, han dado a entender que se sienten defraudados ante el rumbo que está tomando los jeltzales.

Curiosamente, unos y otros dan por hecho que el asunto de la consulta, o aquello que se llamó Plan Ibarretxe, está agotado. EA ha manifestado que quiere buscar fórmulas para salir de este impasse o bloqueo, apostando por fortalecer un polo soberanista en el que no incluyen ahora mismo al PNV. Urkullu y los suyos ya hace tiempo que no dan un pimiento por la consulta, por mucho que hayan tenido que tragar muchas más raciones de «ibarretxismo» de las deseadas.

El PNV, como han dicho claramente los que mueven las riendas del partido, ya está en otro escenario, que no es el de la confrontación con el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Esta es la razón de que hayan apoyado al PSOE en la batalla de los presupuestos estatales. Por supuesto, esto no quiere decir ni que todo el partido comparta al cien por cien esta línea política, ni que vayan a decirle claramente a la gente qué pretender hacer tras las elecciones. En realidad, cabe esperar que jueguen la carta que más beneficios electorales crean que puede ofrecerles, aunque no tenga nada que ver con lo que harán después. No se trata de pensar mal; basta con recordar lo que el PNV ha hecho una y otra vez.

Tengo la sensación de que EA no ha querido acompañar al PNV en este viaje. ¿Han intuido que sobraban en el banquete de las enésimas nupcias entre jeltzales y PSOE, y han evitado convertirse en convidados de piedra? ¿Tentación de faenar en los caladeros de la izquierda abertzale en la perspectiva de que no podrá acudir legalmente a las urnas? Puede ser. ¿Decisión muy meditada y sopesada o una simple huida hacia delante? No es fácil formular una respuesta redonda, pero creo que nadie debe olvidar que casi todos (yo, por lo menos, sí, lo confieso) hemos creído en algún momento que EA estaba en las últimas y sin embargo, ahí están. No han sustituido al PNV, claro, ni van a hacerlo. Pero el PNV no se los ha comido, no lo ha hecho cuando han ido en coalición, pero tampoco cuando han sido contrincantes.

Huele a cambio de alianzas en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Es pronto para saber si las tendencias que se están marcando se consolidarán y la campaña nos ofrecerá la imagen de una reñida pelea entre PSOE y PNV, pero ya nos han adelantado los de Urkullu en qué campo semántico se quieren resituar. Hablan de Concierto y en el fondo lo que quieren es concertar, consensuar y pactar, ¡con el PSOE!

Sea por las razones que sea, las distancias que EA ha decidido marcar con respecto a esa estrategia «pactista» son un margen de maniobra para otras complicidades. Difíciles ahora mismo, puede que incluso imposibles a corto plazo, pero que pueden ser muy interesantes para un futuro puede que no tan lejano.

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