Mujika y Beunza relatan torturas como �la bolsa�, golpes y amenazas
Los tres detenidos el lunes en Iru�erria fueron enviados a prisi�n ayer. Su abogada pudo visitar a Irati Mujika y Mikel Beunza, y ambos relataron haber sufrido malos tratos como �golpes, amenazas, `la bolsa', obligaci�n de realizar ejercicios o posturas forzadas�. El juez les acus� de �formar `un talde de Segi' encargado de planificar actos de violencia callejera y sabotajes�. El auto se�ala el material incautado en los registros, sin relaci�n con los hechos imputados.
GARA |
Irati Mujika, Mikel Beunza y Oihan Ataun comparecieron ayer ante el juez Fernando Grande-Marlaska tras pasar cuatro d�as incomunicados en dependencias de la Polic�a espa�ola, y fueron posteriormente encarcelados. Mujika y Beunza pudieron ser visitados por su abogada, a la que relataron los malos tratos sufridos esos d�as. Mujika se�al� que no ha hecho declaraciones policiales ni judiciales, y que denunci� ante el juez haber sufrido torturas. El movimiento pro amnist�a inform� de que explic� que �el momento de la detenci�n hab�a sido tranquilo, pero que en el viaje comenzaron los golpes y las amenazas�.
En los d�as segundo y tercero recibi� �golpes, amenazas, le obligaron a realizar ejercicio f�sico y le impidieron respirar al colocarle `la bolsa' 4 � 5 veces�. A�adi� que recibi� amenazas sexistas, ya que entre otras, �le amenazaron con introducirle un hierro�.
Beunza relat� �la gran presi�n sicol�gica� sufrida, hecho que denunci� ante el juez, y le hizo saber que �realiz� la declaraci�n policial bajo presi�n y amenazas: le obligaron a permanecer en posturas forzadas, recibi� numerosas amenazas y golpes. En un momento le pusieron una pistola encima de la mesa advirti�ndole de que si no dec�a lo que quer�an, lo relacionar�an con ETA�. Los familiares no los pudieron visitar ayer, y en el caso de Oihan Ataun, ni siquiera la abogada pudo hacerlo.
El juez orden� el ingreso en prisi�n de los tres imput�ndoles �delito de pertenencia a Segi�, aunque tambi�n los acus� de �formar `un talde' que se ocupaba de planificar actos de violencia y sabotajes�. Las agencias indicaron que el auto se�ala respecto a esa acusaci�n que �se desprende de las investigaciones policiales�. A diferencia de los �ltimos ingresos en prisi�n, las agencias dieron ayer buena cuenta de lo que se recoge en el auto emitido por Grande-Marlaska, que se extiende en la explicaci�n de lo incautado en el registro del local de la Asociaci�n de Vecinos de Arrosadia, pero no se se�alaron indicios que expliquen �la planificaci�n de actos violentos�.
Sobre dicho local, el juez interpreta que �Batasuna, Askatasuna y Segi la estar�an utilizando como `sede clandestina'�, y argumenta que �que ha sido intervenido material de financiaci�n -camisetas y complementos-, de propaganda -campa�as contra el TAV, inmobiliarias y cargos institucionales o partidos pol�ticos- y material de formaci�n de militancia� de los se�alados organismos. De ello concluye que �la diversidad de estas organizaciones responde a una `ordenaci�n de frentes' por parte de la estrategia de ETA�.
Pegatinas y ser portavoz
Sobre los registros en los domicilios, las agencias se�alaron que �se les han intervenido numerosos objetos como un cuadro en relieve de Euskal Presoak y camisetas de Segi�. Destacaron que en el de Beunza �se hall�, adem�s de una revista con un art�culo sobre las FARC, una pegatina con fotograf�as de pol�ticos de Navarra y dos pegatinas injuriosas dedicadas al presidente Miguel Sanz y la alcaldesa Yolanda Barcina�. En relaci�n a Ataun, se�alaron que �se incautaron de material propagand�stico de Segi�. El juez le imputa �poner a disposici�n de Segi una bajera en la que se hall� material para kale borroka�.
Respecto a Mujika, el juez reconoce su labor p�blica al se�alarla como �organizadora de eventos y representante al dar ruedas de prensa. Se present� en abril de 2007 en Donostia como portavoz de un colectivo `presumiblemente' de Segi�.
Hoy denunciar�n las �ltimas detenciones en Iru�ea (a las 18.00 de los Golem) y en Amezketa (a las 17.30), donde se aprob� una moci�n denunciando lo ocurrido a Mujika, y se reunieron 60 vecinos.