El FMI reclama un estímulo fiscal de 1,2 billones de dólares ante la crisis
El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, afirmó que el mundo necesita un estímulo fiscal de 1,2 billones de dólares para combatir la crisis y señaló que la entidad que dirige promoverá una expansión presupuestaria coordinada. Aseguró que en el encuentro del G-20 de Washington se alcanzó un consenso sobre la necesidad de más inyecciones públicas de dinero.
GARA |
El mundo necesita un estímulo fiscal de 1,2 billones de dólares para combatir la crisis, según manifestó ayer el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, quien afirmó que la entidad promoverá una expansión presupuestaria coordinada. Consideró que la inyección pública de dinero debería ascender al 2% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, que este año el FMI estima en 62 billones de dólares.
Criticada por distintos integrantes del G-20 por no haberse percatado de la crisis, tras el encuentro de Washington el FMI ha salido reforzado y con la función de «definir los puntos de vulnerabilidad y anticipar las tensiones potenciales» con el fin de «desempeñar un papel clave en el tratamiento de las crisis financieras futuras».
En rueda de prensa, Strauss-Kahn señaló que existe «cierto espacio» para una bajada de las tasas de interés en algunos países, pero Estados Unidos, por ejemplo, cuenta con poco margen de maniobra, dado que el precio del dinero está en el 1%. Por ello, enfatizó la importancia de un aumento del gasto público o una reducción de los impuestos. «La inflación está en media cerca de cero hoy en día. Algunos analistas hablan del peligro de deflación. No hay riesgo en el uso de la política fiscal», manifestó Dominique Strauss-Kahn.
En su comunicado final, los integrantes del G-20 se comprometieron a estimular la demanda interna con medidas presupuestarias y monetarias.
Strauss-Kahn señaló que el Fondo Monetario Internacional «está intentando organizar un plan de acción coordinada» en el terreno fiscal.
En Estados Unidos los demócratas han propuesto un segundo paquete de estímulo fiscal con un importante componente de inversión en infraestructura, pero Strauss-Kahn señaló que el impacto de ese tipo de gasto tarda más en sentirse en la economía.
El jefe del FMI dijo que todos los países en donde la deuda y la inflación sean bajas deberían tomar este tipo de medidas, aunque no quiso mencionar estados específicos.
Medidas adicionales
En la misma línea se pronunció Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial. Declaró en un comunicado que si setiembre y octubre fueron meses para hablar de políticas monetarias coordinadas y con hincapié en la cooperación, «noviembre y diciembre serán meses para hablar cada vez más del estímulo fiscal».
Tanto él como Strauss-Kahn alabaron la decisión china de lanzar un paquete fiscal por valor de 580.000 millones de dólares. No obstante, Zoellick afirmó que «serán necesarias medidas decisivas adicionales. Esas acciones deben de tener en cuenta los intereses de los pobres y los más vulnerables en los países en desarrollo».
También recalcaron ambos que es necesario reformar el G-7 para hacerlo más representativo de la economía mundial actual, en la que los mercados emergentes han ganado un nuevo peso. «Es un paso hacia adelante que los líderes de las economías desarrolladas se reúnan ahora con los líderes de los poderes económicos en ascenso», manifestó Robert Zoellick, en referencia al G-20.
Washington regresó ayer a la normalidad tras la cumbre que los líderes del G-20 calificaron de histórica, pero en la que los observadores ven, de momento, más promesas que acciones concretas. ``The New York Times'' señaló que «aunque las propuestas se presentaron como una reforma ambiciosa, reflejan sobre todo medidas que los países ya habían puesto en marcha».
Simon Johnson, economista del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y ex economista jefe del FMI, dijo al ``Times'' que, para anunciar lo que se anunció, no hacía falta tamaño despliegue. Kenneth Rogoff, profesor de la Universidad de Harvard, dijo a la revista ``BusinessWeek'' que se trata de una declaración básica de principios en la que «todo el mundo está de acuerdo». Lo que está menos claro es si los integrantes del G-20 comparten la misma visión sobre los cambios necesarios. Para empezar, la mayor parte de las decisiones difíciles se han dejado para encuentros futuros. Aun así, los ministros de Finanzas partieron con una larga lista de tareas pendientes. Entre los encargos más importantes figura la elaboración entre ahora y el 31 de marzo de nuevos estándares que obliguen a los participantes en el mercado de derivados a incrementar la transparencia de sus operaciones. Los congregados en Washington coincidieron también en la necesidad de una mayor supervisión de las agencias de calificación de riesgo, que dieron luz verde a los exóticos instrumentos financieros respaldados con hipotecas basura en el centro de la actual hecatombe económica y financiera. Por lo demás y aunque nadie echaba las campanas al vuelo, BBC concluía, en un análisis en su página web, en que lo acordado podría conducir a «algo significativo».
El Fondo Monetario Internacional (FMI) espera tener el listo el paquete de rescate financiero para Islandia este miércoles, según anunció su director gerente, Dominique Strauss-Kahn. «El próximo miércoles completaremos un programa con Islandia», señaló tras la cumbre del G-20. La isla ya había alcanzado un acuerdo provisional para un préstamo de 1.578 millones de euros (2.000 millones de dólares) por parte del FMI. Sin embargo, se retrasó en repetidas ocasiones por las disputas con los acreedores europeos, incluidos Holanda y Gran Bretaña, sobre los depósitos de sus ciudadanos en bancos islandeses en el extranjero.
