¿Por qué las series cinematográficas de género se han pasado al cine de autor? Los productores esperan que los cineastas creativos aporten a sus franquicias una autonomía de la que carecerían de seguir respetando las reglas, por eso el agente 007 ha perdido sus señas de identidad y se ha convertido en algo muy diferente de lo que planteó en su origen Ian Fleming. Se coge el personaje y se hace una película que nada tiene que ver con él, si esa película es buena todo el mundo lo acepta y no pasa nada.

Ese tipo de reacción del público ya se pudo observar a propósito de «El caballero oscuro», con un Batman más siniestro y maduro, según los críticos; pero sería más justo reconocer que se trata de otro personaje distinto, que conserva el nombre, el traje del superhéroe y poco más. El nuevo Bond no se molesta en decir su famosa frase de presentación, como tampoco dispara a la cámara en los títulos de crédito iniciales, y ni siquiera bebe ya el Martini agitado pero no mezclado por imperativos de la publicidad.

Bond, embrutecido

Los herederos de Broccoli no sólo han logrado mantener viva la saga Bond, sino que siguen batiendo récords de taquilla con cada nueva entrega. Saben muy bien lo que hacen, por eso han cambiado la fisonomía del agente con licencia para matar, con tal de que pierda el aspecto kitsch que tendría de inspirarse en el look de las primeras películas. Se la jugaron contratando al actor Daniel Craig, en la que ha sido su apuesta más arriesgada hasta el momento. «007: Casino Royale» fue un éxito total, que acalló las voces que reclamaban a Pierce Brosnan. Se ha renunciado al glamour, sustituido por un estilo más violento y acorde con los nuevos tiempos. En unas recientes declaraciones, Roger Moore se quejaba de que el personaje se había embrutecido perdiendo la ironía con que él lo interpretó. La renovación se hace todavía más radical en esta entrega, porque el director Marc Forster ha buscado una reorientación estilística pensada para el actor Daniel Craig, y que toda la crítica coincide en que ha sido tomada prestada de la saga Bourne, que bajo la realización del genial Paul Greengrass ha revolucionado el montaje y el corte visual dentro del cine de acción. Son ya muchas entregas y está claro que la número 22 no se puede parecer a lo anterior. «Quantum of Solace» es, por primera vez, una secuela de su éxito precedente, con un argumento reescrito por Paul Haggis que comienza una hora después del final de «007: Casino Royale». Es una pura invención y no se basa en ninguna novela escrita por Ian Fleming, pues su título pertenece a un relato corto del escritor con el que no guarda ninguna relación. El desenlace deja la puerta abierta a otra continuación, rediseñando el rumbo de la historia.