La mayoría de los cineastas sienten una extraña e irresistible fascinación por el western, que no es compartida por el público actual, que mira al género como algo reservado a la programación de relleno televisiva. Así se entiende que Ed Harris haya decidido revisitar el Viejo Oeste, después de debutar en la realización con su experimental «Pollock». Para él, hacer un western al estilo tradicional resulta hoy en día tan minoritario como rodar la biografía iconoclasta de un pintor abstracto. Ed Harris no intenta innovaciones genéricas como la del western australiano «La propuesta», sino que vuelve sobre un terreno bien conocido, pero sin nostalgia, como si el tiempo no habría transcurrido. Pese a que ya existe una película de igual título original, la aquí conocida como «Sierra prohibida», no tiene ningún parecido argumental con la cinta de mediados de los años 60 dirigida por Sidney J. Furie y protagonizada por Marlon Brando. En cambio, los estudiosos del género consideran que la historia que cuenta la novela de Robert B. Parker, adaptada por Harris, guarda muchos puntos de contacto con aquel libro de Oakely Hall, que Edward Dmytryk llevó a la pantalla de forma magistral en «Warlock», titulada en su versión doblada «El hombre de las pistolas de oro». Los papeles que en «Appaloosa» hacen Ed Harris, Viggo Mortensen y Renée Zellweger, se corresponden con los que allí interpretaron Henry Fonda, Anthony Quinn y Dolores Michael.

Servidores de la ley

«Appaloosa» presenta el conocido relato del pueblo que es dominado por un cacique con un grupo de bandoleros que tienen atemorizados a los habitantes, hasta que un grupo de ciudadanos decide contratar los servicios de un sheriff y su acompañante. La pareja de nuevos servidores de la ley, además de tener que enfrentarse a esos matones, sufrirá un enfrentamiento interno por culpa de la llegada de una forastera, que se decantará sentimentalmente por uno de ambos. La relación que existe entre los personajes de Ed Harris y Viggo Mortensen está completamente alejada del fenómeno homoerótico introducido dentro del género por la oscarizada «Brokeback Mountain», ya que supone una vuelta a la historia de amistad masculina preconizada por el western tradicional. Son mucho más que compañeros de armas y están sujetos a un estrecho código de lealtad, que se verá amenazado cuando uno de los dos se enamoré de la pianista del salón encarnada por Renée Zellweger.

Ed Harris descubrió el potencial de su emparejamiento con Viggo Mortensen mientras rodaban juntos «Una historia de violencia», bajo las ordenes de David Cronenberg. El peso dramático de «Appaloosa» reside en los elaborados diálogos que los dos intercambian, sin que la acción llegue nunca a descomponer su perfecta compenetración. Comparten protagonismo con la fuerza expresiva de las localizaciones, representadas por el polvoriento paisaje de Nuevo México y Texas, magníficamente fotografiado por un gran conocedor de tales escenarios naturales, como es Dean Semler. Luego están los secundarios, que nunca fallan en un western que se precie. Jeremy Irons borda su cometido de villano, demostrando que conoce bien el ejercicio del poder corrupto en la ficción. Entre los característicos que se encargan de dotar de verosimilitud al grupo de secuaces sobresale Lance Henriksen, en contraste con el inglés Timothy Spall, que es quien encabeza el comité de ciudadanos preocupados por la seguridad de su pueblo, los cuales confían en los dos pistoleros a sueldo a los que colocan la placa.