Pablo Trapero creó hace seis años la productora Matanza Cine, de la que es socia Martina Gusman, con la que también ha formado una familia. Ella debutó como actriz en el anterior largometraje de Trapero titulado «Nacido y criado», pero donde sólo aparecía en la primera parte, debido a que encarnaba a la esposa que muere en accidente de tráfico, lo que lleva a su viudo a perderse en la Patagonia.

En aquella ocasión, la inspiración surgió del temor a la pérdida de los seres queridos, mientras que en «Leonera» se plantea la estrecha e inseparable relación maternofilial por encima de las barreras sociales. En cierto modo supone asimismo una continuación de «Familia rodante», porque el clan permanece unido en cualquier circunstancia. Forma parte de una segunda etapa en la filmografía de Pablo Trapero, ya que en las iniciales «Mundo grúa» y «El bonaerense» el realizador todavía abordaba sus temas de un modo individualizado.

En «Leonera», Gusman pasa a ser ya la absoluta protagonista, asumiendo las consecuencias del drama que le toca vivir a su personaje de mujer encarcelada por un crimen pasional, con el problema añadido de que en el momento de la detención se encuentra embarazada.

Ella luchará por tener a su hijo en prisión, girando la narración por entero alrededor de dicha premisa, sin que a Trapero le importe tanto su posible culpabilidad o inocencia. La película se centra así en el debate sobre la cuestión de la maternidad en la cárcel, ya que los países no se ponen de acuerdo en una legislación al respecto, y en Argentina, por ejemplo, el niño puede permanecer junto a la madre reclusa hasta los cuatro años.