Nervios en el mercado. Será la crisis. Los gestores de las marcas DTV (Demócratas de Toda la Vida) y MPMC (Mi Patria es Mi Cartera) están tiritando. ¿Temen que se desplomen sus acciones? Los futbolistas no se chupan el Frigodedo y quieren algo más que sorber un flash, que por mucho colorín que le metas sigue siendo un insípido trozo de hielo. «Que se callen y que se dediquen a hacer su trabajo». Tiene bemoles que un político se atreva a decir eso. Aplícate el cuento, majetón.

Otro, con el rostro duro como el iceberg contra el que chocó el Titanic, lame a lengüetazos su Pirulo tras afirmar que una selección no se puede denominar Euskal Herria porque no existe, no está en el ordenamiento jurídico, es un invento y bla, bla, bla... No como Amigos de Zidane y Amigos de Ronaldo, que han jugado esta semana porque tienen asiento en la ONU, no te jode. Y el Drácula Basagoiti 2.0, que entre baile y baile le hinca el diente a todo lo que pilla, aventura que «algunos han sido presionados para firmar». ¿Pero no habíamos quedado en que eso de denunciar presiones para firmar estaba escrito en no sé qué manual de no sé qué organización? Ay, ay, ay...

Los polos no sólo se consumen en la grada. Los de DTV se han decantado por dos PoPeyes -Trillonaranja y Tizonlimón- para amenazar a los de EA con ponerlos al sol castigador hasta que se derritan. Se saben los dueños de la heladera. ¿Quién les dio la llave? Otro que lleva camino de la nevera es Arzalluz, por decir que el barquillo, si lo mojas, se ablanda. Todo el mundo lo sabe pero... Se come demasiado Magnum. Algunos dicen que no, que el suyo se llama Frac y que además no se manchan porque tienen otros que les agarran el palo. Cambia el envoltorio, ¿y el contenido? Helados artesanos. Se barrunta que la próxima innovación puede ser el de sabor a brandy... Soberano. Habrá que cambiarle ese eslogan de «Es cosa de hombres», que se puede montar un pollo que ríete de la txapela del Azoka de Durango. Gusta el que dice «Centenario, y a por todas». Vayan reservando por si acaso.